Como ya te comentaba en este post la semana pasada, es imposible decir cuál es el portabebés ideal.
Depende de muchas cuestiones, personales sobre todo.
Así pues, hoy vamos a darle un repaso a los cinco tipos de portabebés que puedes encontrar para que, junto con tus necesidades y deseos particulares, tengas más elementos para decidir.
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Fular tejido (o rígido)
Se trata de una pieza de tejido específica para portear, de unos 60-70 cm. de ancho y de entre 2’70 y 5’20 m. (normalmente).
El fular tejido es el portabebés más versátil que hay. Ideal desde recién nacido hasta que tu bebé y tú queráis dejar el porteo.
Puedes colocar a tu bebé delante, erguido y tumbado, erguido a la cadera y a la espalda, erguido y tumbado.
Te permite colocar al bebé con multitud de nudos de modo que tú decides cómo quieres cargar el peso de tu peque sobre tu cuerpo en cada momento.
Esto, que es su principal ventaja, también puede resultar un tanto intimidante, ya que para sacarle todo el partido has de aprender a hacer diferentes nudos (hay nudos más recomendados con recién nacidos y otros más cómodos con niños más grandes).
Sin embargo, te diré que el primer nudo es el más difícil de aprender y que con la práctica llegarás a hacerlos rápidamente. Cuanto más anudes, mejor anudarás y más fácil te resultará aprender un nudo nuevo.
Existen diferentes tallas que marcan la longitud del fular (no el ancho). La talla depende tanto de tu constitución (no del tamaño del bebé ni de su edad) como de los nudos que quieras hacer.
Para empezar, siempre recomendamos uno largo ya que permite hacer todos los nudos, aunque con algunos te sobre tela. Si luego ves que usas anudados «cortos», puedes comprarte uno corto o cortar el tuyo.
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Fular elástico y semielástico
El fular elástico es, al igual que el fular, una pieza de tela larga. En su caso, elástica, es decir, que cede.
Las medidas son similares a las del fular tejido, aunque hay más variedad de anchos (desde 55 cm.) y menos de largos (en general, son todos largos): no se suelen organizar por tallas sino que cada marca los hace de una medida única (no en todos los casos pero en casi todos).
Puedes colocar a tu bebé delante, erguido y tumbado, erguido a la cadera y a la espalda, erguido y tumbado.
Tienen menos nudos donde elegir que los tejidos, ya que la mayoría de los nudos de una capa no son adecuados especialmente a partir de que el bebé tiene cierta edad y movilidad.
El hecho de que cede es lo que le da su principal ventaja frente al fular tejido y es que se puede hacer primero el nudo y luego colocar al bebé.
Esto, los nudos preanudados, con los rígidos lo puedes hacer a partir de que el bebé se sienta solo pero con los elásticos lo puedes hacer desde el primer día.
Hay que hacerlo con cuidado porque es fácil que la posición de un nudo preanudado no sea la óptima, normalmente por falta de tensión (no hay que olvidar que ceden).
Su mayor inconveniente es que a partir de cierto peso, como ceden, el peso del bebé hace que reboten y dejan de ser confortables para el adulto (seguros siguen siendo si se anudan bien). Entre los 9 y 12 Kg. del bebé según la marca.
Los semielásticos, como ceden menos, aguantan más peso: entre los 12 y los 18 Kg. del bebé según la marca. También es verdad que, como ceden menos, hay que ser un poco más cuidadosos a la hora de hacer un nudo preanudado: nos podemos pasar de tensión y que no ceda lo suficiente para introducir al bebé o quedarnos cortos y que no sostenga adecuadamente.
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Bandolera
La bandolera está constituída por un tejido (que no cede o no debería) de unos 60-70 cm. de ancho y unos 2 m. de largo con una pareja de anillas cosidas en un extremo.
Es, al igual que el fular tejido, una opción válida para bebés desde recién nacidos hasta que dejéis el porteo.
Puedes colocar a tu bebé delante, erguido y tumbado, erguido a la cadera y a la espalda, erguido y tumbado. Aunque es perfecta para portear a la cadera y siempre que necesites cambiar de posición erguida a tumbada con rapidez.
Las anillas tienen su truco y no es tan directo el uso como puedas pensar, pero su principal inconveniente es que se trata de porteo asimétrico.
Es decir, carga el peso del bebé de modo asimétrico: sobre una parte de tu cuerpo más que sobre la otra. Y aunque esto tiene ventajas en la recuperación del suelo pélvico en el postparto, en cuanto el bebé coge peso puede ser un inconveniente.
Se puede compensar un poco cambiando el lado sobre el que se carga el peso, pero la verdad es que llevar el peso en tu lado «malo» no es muy cómodo, por lo que no solemos portear 50% en cada lado.
Así, para niños más grandes no es un portabebés para mucho rato de porteo seguido, pero por su rapidez en el uso es muy práctica para la época de sube-y-baja y para usos puntuales (bajar al parque, volver de las compras, etc.)
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Mei Tai
El Mei tai es un diseño de portabebés tradicional que ha sido «adoptado» por el porteo actual. Consta de un panel donde se sienta al bebé, unas tiras cortas que hacen de cinturón y unas largas que funcionan de tirante.
Es muy habitual encontrarlo tanto de fabricación comercial como artesanal y por eso hay multitud de variantes sobre ese diseño original: tirantes anchos o estrechos y acolchados, «cinturón» acolchado o no, tirantes más largos o menos, con o sin capucha, con reductor o no…
Con cualquiera de ellos podrás llevar a tu bebé a partir de que se siente solo. Si necesitas usar un mei tai con un bebé más pequeño, lo recomendable es buscar uno evolutivo (con reductor-es).
Puedes colocar a tu bebé erguido delante, a la cadera y a la espalda, pero no tumbarle.
Su estructura hace que el uso sea más sencillo de aprender que un fular, pero por contra, pierde versatilidad en el uso.
Y esa es precisamente su desventaja, es difícil cambiar la manera de cargar el peso del bebé sobre tu cuerpo más allá de cambiarle delante-cadera-espalda, aunque posible.
Otra ventaja es que puedes confeccionártelo tú ya que no necesita de una tela especial que no se pueda encontrar en tiendas de tejidos, como ocurre con el tejido de fular.
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Mochila ergonómica
La mochila es una «mejora» sobre el mei tai, y me explico: sigue existiendo el mismo panel pero donde había tiras largas que se atan en la mochila son tirantes acolchados que se cierran con broche, y donde había tiras cortas ahora hay un cinturón acolchado.
De este modo, tenemos el portabebés que sea posiblemente el más sencillo en su uso y esa es su principal ventaja.
Por contra, es también el más limitado: puedes poner a tu bebé erguido delante y detrás, y solo en algunos modelos, también a la cadera (aunque no es muy confortable esa posición para ti).
Siendo esta su principal desventaja: tienes muy poca versatilidad y «juego» a la hora de llevar a tu bebé.
Existen dos tipos, las de panel fijo y las evolutivas. En las primeras el panel tiene una medida que no se puede ni reducir, ni ampliar.. En estas en las que el panel no es ajustable, su uso se recomienda a partir de que el bebé se sienta solo, sin ayuda y con seguridad. Y que tenga un tamaño suficiente que le permita sacar las piernas por el panel a la altura de las rodillas de modo que pueda flexionarlas.
En las evolutivas, así como en los Mei tai, el ancho del panel se regula para adaptarse al tamaño del bebé. Esto permite que el bebé se siente en la mochila y vaya seguro. Sin embargo, hemos de tener presente que ni los Mei-tais evolutivos ni estas mochilas brinda apoyo a la espalda del bebé punto por punto como hace un fular o bandolera. Con la excepción de la mochila emeibaby que, siendo híbrido en su diseño, combina fular, anillas y cinturón-tirantes de mochila.
Te contaré otro secreto sobre las mochilas: es la preferida de los papás, que se sienten mucho más seguros (y masculinos, creo yo) con mochilas que con otras opciones.
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Y tú, ¿ya hiciste tu elección?
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Si no, recuerda que las Asesoras de Porteo están a tu disposición para ayudarte a elegir tu portabebés ideal.
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Nota: este post se escribió originalmente para el blog de La Escuela de Mamá, ahora inactivo.
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