Como sabéis (y si no lo sabéis, podéis leerlo aquí) empezamos este sábado una colaboración con Eloísa, de Una Maternidad Diferente, un grupo de apoyo a la lactancia. Eloísa se está empollando muy bien el primer tema, Sexualidad y lactancia, y fruto de ese trabajo es este post suyo que os traigo, para, como ella dice, ir calentando el ambiente:
Una maternidad diferente y Monitos y Risas inician este sábado un esperemos que largo y fructífero periodo de colaboración. Se trata de un grupo de lactancia un poco «diferente» (como mi maternidad), orientado a mamás con experiencia en el amamantamiento, que ya han superado los compases iniciales y que tienen dudas «diferentes» a las típicas del inicio y establecimiento de la lactancia.
Como muy bien explica Elena en su post, son mamás que a veces no suelen recibir respuesta a sus dudas en los grupos de apoyo a la lactancia:
Normalmente, en las reuniones de los grupos de lactancia las dudas con los pequeñines se llevan la mayor parte del tiempo disponible. Y con razón, puesto que son urgencias: no se agarra bien, tengo grietas, no coge peso, regurgita mucho… Pero cuando los bebés crecen seguimos teniendo dudas: cómo pasar a la alimentación complementaria, el retorno al trabajo, un embarazo y el posterior tándem, destete nocturno, destete total… Son dudas que, por ser menos urgentes, normalmente se “quedan atrás” en las reuniones… y al final nos buscamos la solución por nuestra cuenta.
Por eso, nuestro grupo de lactancia diferente se centra en estas mamás y en aportar un debate próspero y fructífero entre todas, donde las dudas planteadas puedan ser resueltas a través de la experiencia de otras mujeres, donde todas podamos aportar nuestro granito de arena, tejiendo esas redes solidarias que caracterizaban a la maternidad de antaño.
Y para dar un comienzo inolvidable a nuestro grupo, hemos elegido un tema iniciático muy interesante: Sexualidad y Lactancia.
La Mamá Vaca abordaba el otro día este tema en su post, con aportaciones muy interesantes. Yo os voy a dejar un resumen del último texto que he encontrado mientras me documentaba para la primera reunión. Se trata del artículo «Sexualidad y lactancia» de Maribel Vidaller Ferró, recogido en el libro «La Lactancia Materna» de Josefa Aguayo Maldonado (las negritas las he añadido yo).
“Para hablar de sexualidad en la lactancia hay que empezar haciendo referencia a que la sexualidad femenina tienes dos ciclos: uno mensual, que comienza en la pubertad con la menstruación; y otro maternal, que dura tres o cuatro años y se inicia cada vez que un óvulo se fecunda, abarcando embarazo, parto y lactancia”.
“Para comprender por qué el ciclo maternal forma parte de la sexualidad femenina, hay que reconocer el útero como un órgano vital en la producción del placer. En muy raras ocasiones se alude al útero cuando se habla de sexualidad, sin embargo Masters y Johnson reconocen que las contracciones rítmicas de las fibras musculares uterinas son un elemento esencial del orgasmo femenino. Durante el embarazo el útero grávido se excita fácilmente. Merlo-Barberá investigó y llegó a la conclusión de que la existencia de orgasmos durante el parto es más común de lo que se cree. Hay conexiones nerviosas entre el útero y los pezones y durante el amamantamiento el útero experimenta contracciones. Tenemos frecuentes referencias de orgasmos mientras se amamanta”.
“Una educación que nombre y no culpabilice la existencia de unos deseos materno-infantiles entrañables que forman parte de la sexualidad femenina y de la sexualidad infantil, y que han sido culpabilizados por la cultura falocrática a través del tabú del incesto. El bebé no siente deseo de realizar el coito con su madre, siente deseo y necesidad del cuerpo materno, del contacto con su piel, de sentir su calor y su latido día y noche, de beber su jugo, de sentirse protegido con su abrazo, etc”.
“El deseo materno, la libido maternal, palpita por ofrecer ese contacto físico y satisfacer las necesidades de su bebé. La lactancia y el contacto piel con piel son dos puntales fundamentales para satisfacerlos”
Y Maribel Vidaller cierra su artículo con dos citas del poemario de Gabriela Mistra que creo que también son dignas de ser leídas en este contexto:
Del poema Apegado a mí:
“Velloncito de mi carne
que en mi entraña yo tejí,
velloncito friolento,
¡duérmete apegado a mí!
Hierbecita temblorosa
asombrada de vivir
no te sueltes de mi pecho
¡duérmete apegado a mí!”
Del poema Beber:
“Y yo bebí, como una hija,
agua de madre, agua de palma.
Y más dulzura no he bebido
Con el cuerpo ni con el alma”.
Se me olvidaba. La primera reunión, el sábado 26 de febrero, de 10:00 a 11:30 en Cucú-Tras (C/ Oslo nº 1, Alcorcón). El tema, ya lo sabéis: «Sexualidad y lactancia».