Este post pertenece a una serie de cuatro sobre Movimiento Libre (Pedagogía Pikler) y Porteo.
Gracias a Bei, que actuó como catalizador, y a Romina y Verónica, que no dudaron en subirse al carro, aquí tienes estos cuatro post tratando un tema que hace tiempo que teníamos ganas de abordar.
Este es el tercer artículo de la serie. Y esta, la presentación de la misma:
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Esta serie de cuatro artículos de enfoque multidisciplinar nace de la necesidad de querer abordar de una vez por todas la pertinencia y compatibilidad de la práctica del Porteo Ergonómico junto con la práctica del Movimiento Libre. Las cuatro profesionales que conforman esta serie pensamos, dados nuestros conocimientos, que el Porteo Ergonómico y Seguro es una herramienta maravillosa que permite dar respuesta a las necesidades más primarias de los bebés y que se complementa perfectamente con la práctica del Movimiento Libre sin generar ningún tipo de interferencia, ya sea en su desarrollo fisiológico como en el desarrollo de su autonomía. Más bien concebimos el Porteo Ergonómico como parte de un conjunto de prácticas de crianza que fomentan el desarrollo armónico de la personalidad. En todo momento apoyamos la práctica de Movimiento Libre y la Actividad Autónoma, simplemente vamos a dar un enfoque nuevo e integrador en coherencia a la comprensión de la demanda que hace el bebé del cuerpo de su madre principalmente.
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- En AmetAmendi, Pikler, porteo y psicomotricidad.
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Tras los post de Bei (Tigriteando) y Verónica (El Gynkgo Mágico), me toca a mí. La verdad es que ya tenía ganas de escribir sobre Pikler y Porteo porque me encuentro recurrentemente el tema en mi trabajo con familias y con profesionales.
Para ponernos en contexto, entre los seguidores de Pikler hay una corriente que defiende que, mientras los bebés no se sientan por sí mismos, no se les debe portear en vertical sino tumbados. Teniendo en cuenta que si no se interfiere en el desarrollo motor del bebé, el hito de sentarse ocurre después del gateo, esto puede ocurrir más allá de los 9 meses.
El argumento es que, puesto que el bebé no es capaz de adoptar esa posición (sentado) por sí solo al portearle así le estamos colocando nosotros en una posición que no domina, que no es capaz de mantener por sí mismo y no puede deshacer por sus propios medios, por lo que estamos interfiriendo en su desarrollo psicomotor.
Aparte de lo incómodo que puede resultar portear a un bebé de 9 meses en posición cuna, me preocupa lo peligroso de dicha posición en bebés pequeños cuando no se ejecuta correctamente. Sobre todo cuando NO ES NECESARIO y vamos a ver por qué.
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La posición de partida.
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Según Pikler (que, no perdamos de vista, nunca incorporó el porteo en su desempeño profesional en Loczy y trabajaba en un entorno, el orfanato, de varios bebés por cada adulto), la posición de partida para el bebé es la tumbada boca arriba porque es aquella en la que el bebé puede estar de manera relajada sin tener tensiones innecesarias.
Efectivamente, un bebé pequeño dejado en el suelo solo suele preferir la posición boca-arriba (o, al menos, protesta más tarde que en posición boca-abajo).
La cuestión que desde los seguidores de Pikler se suele olvidar es que el lugar de un bebé pequeño no es en el suelo, sino el cuerpo de su madre (o cuidador principal).
Sobre el cuerpo adulto, el bebé no puede, ni debe, estar boca arriba. Según Nils Bergman (página web con toda su investigación al respecto, entre otros aspectos de los cuidados neonatales), la posición en la que el bebé se siente (y está) más seguro es en vertical sobre el cuerpo de la madre, respetando su postura fisiológica y con la barriga orientada hacia el cuerpo adulto.
Si la madre está semireclinada, el bebé es capaz, en esa posición, de reptar e incluso agarrarse solo al pecho (agarre espontáneo) por lo que es, claramente, la posición (y lugar) en la que el recién nacido es más autónomo.
Esta posición también se conoce como “postura biológica” para amamantar y, en ella, el bebé no necesita apoyo ni soporte por parte de la madre, solo vigilancia, a diferencia del resto de posturas en las que el bebé puede ser colocado sobre la madre.
Volviendo al porteo. Extrapolar la posición “boca arriba en el suelo” al porteo se trata de un error puesto que el bebé no está solo sino que está en contacto cuerpo del adulto. Así, la posición que deberíamos emular al portear (o al menos la que deberíamos primar) es la más parecida a esta postura biológica, es decir, en vertical y con la tripa orientada hacia el adulto.
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La verticalidad, el efecto de la gravedad y el atlas.
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Uno de los argumentos “estrella” que me suelo encontrar es que, en vertical, el bebé que no puede sostener por sí mismo la cabeza o sentarse tiene su columna vertical en general, y las cervicales en particular, sometidas a un esfuerzo para el que no están preparadas. Especialmente el Atlas que es la vértebra C1 donde apoya el cráneo.
Esto es correcto en portabebés en los que no se respeta la posición fisiológica del bebé, es decir, en portabebés en los que la espalda del bebé va totalmente recta y en vertical. La posición conocida como «colgona«.
En los portabebés ergonómicos (correctamente usados) la pelvis del bebé se bascula (retroversión) de modo que la espalda mantiene su posición redondeada natural. De esta manera, las vértebras no apoyan una sobre otras sino que hacen un ángulo entre ellas, dejándolas libres del esfuerzo de compresión que sufrirían de estar la espalda enderezada.
Con la pelvis basculada, la espalda redondeada y el portabebés correctamente ajustado, el bebé no va ni “de pie” ni siquiera sentado, sino suspendido en el portabebés, de modo que cada parte de la espalda recibe el apoyo exacto por parte del portabebés siendo este el que recibe el peso del pequeño, no su cuerpo inmaduro.
Respecto al atlas, igual que el resto de vértebras, no sufre exceso de trabajo puesto que la cabeza del bebé apoya en el cuerpo del adulto, siendo este el que lleva el peso de la cabeza del bebé (que ciertamente es mucho para el propio bebé), incluso en caso de bebés mayores cuando van relajados o dormidos.
Así, conforme el bebé va fortaleciendo su cuerpo y completando el desarrollo de sus sistema nervioso, será capaz de ir sosteniendo su cabeza por periodos de tiempo mayores. Pero siempre que el bebé se canse, se relaje o se duerma, podrá apoyarse en el cuerpo de su madre siendo parte estos movimientos y ejercicios de un desarrollo físico armonioso.
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El desarrollo del equilibrio y del sistema vestibular
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El desarrollo del equilibrio y del sistema vestibular pasa por el entrenamiento conjunto del ojo (vista), tacto (propiocepción) y equilibrio (que reside en el oído). Así, el bebé integra las diferentes sensaciones que va recibiendo para “aprender” en qué posición se encuentra.
Mientras que el bebé está en su primera etapa, hasta los 3 meses aproximadamente, de adaptación a la vida extraútero, su visión está limitada más a menos a 20 cm.: es la distancia desde el pecho hasta la cara del adulto.
En esta etapa, el bebé fija su atención en la cara de su madre (o cuidador): Estoy segura de que portear en posición cuna no va a interferir en este proceso ya que puede mirar hacia su madre sea porteado como sea (vertical u horizontal).
Sin embargo, a partir del 4 mes (aproximadamente) en que el bebé empieza a desarrollar interés por otras cosas más allá de la cara de su cuidador principal, portear en cuna puede (y será) un impedimento.
En posición cuna, tenemos que mantener la cabeza apoyada por el portabebés siempre, por lo que su libertad de movimientos se verá muy coartada así como su visibilidad. De este modo, el bebé tendrá dificultad en integrar las sensaciones tactiles con las visuales, ya que estas estarán limitadas por el portabebés.
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La apertura de la cadera
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Otro argumento que suelo encontrar es que se “fuerza” la apertura de la cadera del bebé, tanto en el recién nacido (que está en una etapa en que su tono muscular es de flexión) como en bebés más grandes.
Al portear de manera ergonómica, NUNCA se abren las caderas más allá de la posición fisiológica del bebé. Esto es, el portabebés ideal le da apoyo al bebé punto por punto, y de corva a corva, RESPETANDO la apertura (flexión y aducción) que el bebé adquiere por sí mismo.
Los bebés humanos tienen, desde recién nacidos, reflejos de prensión plantar y palmar: al notar presión en la palma de las manos y-o planta de los pies se activa dicho reflejo que hace que cierren sus dedos.
Este reflejo corresponde a la posición de acarreo o porteo propiamente humana que es, indudablemente, en vertical: al bascular la pelvis y permitir que el bebé adopte su propia postura es posible ver cómo se activa dicho reflejo en manos y pies, resultando un porteo activo. Cosa totalmente imposible en el porteo tumbado.
Así que los bebés están diseñados por la Naturaleza para ser llevados. Y para ser llevados, concretamente, en vertical, como nos demuestran sus reflejos así como su competencia motora en dicha posición.
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Conclusiones
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Portear en vertical a tu bebé recién nacido es, además de perfectamente seguro, ideal para su desarrollo (físico, psicológico y emocional) ya que se trata de la posición natural que el bebé espera y para la que está diseñado.
Es además una posición más cómoda para ti puesto que el peso del bebé va mejor repartido sobre tu cuerpo.
No olvidemos que no podemos entender al bebé solo, sino que es parte de una diada madre-bebé. No tiene sentido hablar de la “necesidad del bebé” vs. la “necesidad de la madre” puesto que se parecen más a un único organismo con necesidades comunes, que no tienen que ser las mismas en todas las diadas madre-bebé.
Por ello, tan importante es que el porteo respete las necesidades de tu bebé como que respete las tuyas propias (de comodidad, practicidad y ergonomía).
Por supuesto, puedes portear a tu bebé en posición cuna pero POR FAVOR hazlo con la tripa orientada hacia tu cuerpo para mantener la posición redondeada de la espalda sin comprometer las vías respiratorias (que pueden obstruirse si la barbilla se acerca demasiado al esternón, cosa que no pasa cuando portearmos con su tripa hacia nuestro cuerpo ya que hacemos de tope de la cabeza evitando que se acerquen demasiado mentón y esternón).
En este vídeo te muestro cómo hacerlo con bandolera:
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Espero que este post, y los (de momento) dos que le preceden te sean de utilidad y despejen tus dudas sobre la idoneidad de portear a tu bebé en posición vertical antes de que se siente por sus propios medios.
La semana que viene, Romina, de Teta-à-porter culminará esta serie con su punto de vista como (como especialista en Movimiento libre y Crianza en brazos).
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Hola, como se llama el nudo que haces en las imágenes, usando un fular a modo de bandolera? Gracias!
Hola,
Es un acabado con anillas, sí, lo tienes en mi canal de vídeo (www.youtube.com/DeMonitosyRisas) y lo veremos, entre otros muchos, en el curso «Acabados y anillas», https://www.monitosyrisas.com/acabados-anillas-taller-online/.
Un saludo
Elena, este post es de una calidad extraordinaria. Como fisioterapeuta pediátrica y asesora de porteo , me parece muy interesante el tema.en mi trabajo encuentro a menudo este tipo de cuestiones difíciles de responder. Chapó
Muchísimas gracias por tus palabras.