Este es un tema que me “acosa” desde hace un tiempo. Hasta hace relativamente poco, criar a Marcos estaba resultando casi-sencillo. Pero, chica, ha sido entrar en los famosos “terribles dos años” y estoy totalmente descolocada… Nuestro tema no son las rabietas, la verdad es que Marcos tiene pocas, “pequeñas” y muy controlables (de momento, a ver si ahora, por hablar…), lo nuestro es que pega.
Pega si se siente provocado-amenazado, pega si se pone nervioso, y últimamente, incluso pega sin motivo aparente (vaya, sin un motivo que yo logre identificar). La verdad es que hay días que me agobia mucho la situación. Lo hablo con mi pareja pero como no tenemos el mismo punto de vista en estos asuntos, y aunque es enriquecedor, bueno, digamos que no me resultan útiles sus “herramientas” para nuestro día a día. Lo que más me ha ayudado a mí ha sido ponerlo en común con mis comadres virtuales, las Valentinas (mamás que parimos a nuestros retoños en Febrero de 2008 y que compartimos mucho más que una “línea” de Crianza). Además, en estos últimos días hemos debatido concretamente sobre “mi” problema, que no es sólo mío. Así que aprovechando la invitación de Tarkus Kids para participar en un Carnaval de blogs sobre educar sin castigar, hoy me lanzo a compartir con vosotros estas reflexiones, que no son sólo mías, sino fruto del debate “valentino”.
Especiales gracias a Eva y Montse, que se toman mucho tiempo en poner por escrito muchas cosas que me hacen pensar, y también porque siempre están dispuestas a echar una mano en un momento de “angustia maternal”
Voy a empezar con una reflexión de Eva acerca de la agresión, ya que hablábamos en ese punto de enseñar a nuestros pequeños a defenderse ante ella. Y después voy a ir poniendo las diferentes aportaciones, un tanto editadas para acortar el texto y para quitar los comentarios referentes a otros temas, etc. Es mucho texto aún así, pero realmente me parece interesante compartirlo con todos. Igual podemos extender el debate más allá de las “fronteras Valentinas” He remarcado con negrita lo que me ha parecido más interesante (a mí).
…un niño pequeño NO puede defenderse porque necesita SIEMPRE tener cubiertas sus necesidades de AMOR Y PROTECCIÓN. Siempre. Es la única clave para que al crecer se sienta seguro y pueda protegerse de las agresiones (que por desgracia van a ser muchas y de diversa índole, no sólo física!!!).
Los niños pequeños NO pueden ser asertivos ni empáticos.
Estos son procesos MUY MUY COMPLEJOS que tardan años en desarrollarse, así que no podemos exigir esto a nuestr@s hij@s (ni nosotras ni ninguna maestra, claro).
Solución: los adultos que acompañan a l@s niñ@s NO pueden permitir la mínima agresión. Me refiero a agresiones directas y no accidentales, claro.
El agresor debe tener muy claro que eso NO se le va a permitir.
El agredido se sentirá protegido y a medida que crezca irá desarrollando mecanismos para responder a la agresión (irse, gritar, hablar con el adulto responsable…). Esto hay que trabajarlo poco a poco y sin tener expectativas que no corresponden con la edad lógicamente.
En la inmensa mayoría de colegios o guarderías NO se manejan nada bien los conflictos. Por un lado porque se ignora el sufrimiento del agredido y por otro, porque se potencia la violencia de una u otra forma (obligar a hacer lo que los adultos deciden, control de esfínteres, comidas, todo absolutamente dirigido) y el agresor cuando agrede también es agredido por adultos (ya sea castigo, ya sea física).
Montse añade:
Estoy de acuerdo Eva, un niño con 2 años no tiene la empatía que uno de 6…pero siempre hay niños con un desarrollo mayor de ella, niños de 1 ó 2 años, ante el sufrimiento o llanto de otro niño pueden reaccionar de diferentes formas, llorar también, solo mirar, agredir al que llora…está claro que hay niños más empáticos que otros, yo siempre expreso la emoción acompañada verbalmente, esto ayuda mucho a que Alba entienda que siento, que sienten cuando lloran, muchas veces en el parque cuando ve a un niño llorar, dice “echa de menos a su mamá, que le duele la pupa, que le han quitado el juguete…” sabe su dolor, y lo entiende aunque no lo comparta, eso es empatía. Y sí se puede enseñar, y sí se puede trabajar desde bien pequeñitos, sin mayores expectativas, el trabajo de las emociones.
Eva sigue (con otras intervenciones de otras mamás entremedias):
Lo que quería decir, es que no me expliqué bien (ejem), es que en los coles y en la sociedad en general se les exige o se les fuerza de alguna manera a que comprendan que a veces te dan una torta, a que perdonen porque otro día lo harás tú… Y por eso, entre otros motivos, se dan casos graves de bullying en edades un poquito más mayores y es por lo que yo sí me muestro radical.
La agresión hay que rechazarla frontalmente SIEMPRE. Por todos los adultos. No se puede consentir.
Y eso es lo que yo veo que falla casi siempre. Que no se le da la debida importancia. Ni a los sentimientos del agredido ni se maneja al agresor como se debería.
Nuri, te entiendo y es verdad que NO podemos SIEMPRE estar protegiendo a nuestr@s hij@s pero es que en los coles /guarderías se dan situaciones de desamparo franco y de forma continuada.
Y no me refiero a que la maestra no de abasto (que también!!! con esos ratios!!!! ggggrrrrr) si no a que te hacen comentarios restando importancia a las agresiones y/o agredidos que alucino. Yo realmente creo que los niños en las escuelas están MUY DESPROTEGIDOS. MUCHO.
Si a eso unes que NO LES ESCUCHAN. No les preguntan ¿por qué hiciste esto? ¿qué pasó? ¿cómo te sientes? ¿qué necesitas?
Directamente, o el castigo o ignorar… es así de triste… yo es que me pongo mala malísima con estos temas…
Es a esto a lo que voy: no se le da importancia a que SIEMPRE se respeten unos a otros. A que si a mí me molesta que sobrepases MI espacio personal, debes RESPETARME.
Son este tipo de cosas.
Yo no creo que deba ser así como dices: «Unos agresivos, otros asertivos, y luego los que se llevan las tortas». Es verdad que es la realidad pero no creo que debamos aceptarla. Ni de coña.
Y aquí entro yo 😉
Pues a mí lo que me «duele» es que, cuando hablamos de agresor y agredido siempre se etiqueta al agresor como malo y al agredido como víctima. Esto en muchas ocasiones no es así.
En estas edades, el que agrede es porque no tiene una manera mejor de gestionar esos sentimientos negativos que le embargan, así que tiene un problema, igual de importante que el que «se lleva la torta». Normalmente, se regaña al «agresor», pero sólo al agresor físico.
Y un ejemplo con mi niño, que es de los que pegan. En el parque, hay una niña que le tiene «el pulso cogido». En cuanto llega, es acoso y derribo, pero «suave», sin tocar. Le quita los juguetes, se le cuela en el tobogán… Marcos no suele pedirme ayuda, así que no intervengo. Pero la madre de ella tampoco. Ahora, cuando después de un rato, Marcos ya empieza a estar nervioso, y a gritarle cuando se acerca, yo sí que controlo la situación para evitar el tortazo, pero alguno se ha escapado. Y entonces, aparecen todos ha decirle a Marcos que eso no se hace, y que le pida perdón a la otra.
Con esto no quiero decir que Alba «provoque», ni que la reacción del otro pudiera ser legítima, sino que la profesora tiene que estar pendiente de evitar la situación, no de «obligarles» a dar un beso que, francamente, no sirve de nada. O a pedir perdón de modo mecánico. Cuando el que pega se pone nervioso, y eso muchas veces se ve, hay que intentar desviar su atención o darle un lugar donde desahogar.
Eva dice «el agresor debe saber que eso no se le va a permitir», pero también debe saber que se le van a dar otras herramientas para trabajar sus sentimientos. Porque si ese niño tiene rabia, o un exceso de energía, o un cabreo, y lo que se hace es reprimir esa expresión pero sin ofrecerle otra, estamos haciendo lo mismo que cuando le decimos «no llores». Le quitamos importancia a sus sentimientos, y los reprimimos.
Tan importante es enseñarles a defenderse de las agresiones de otros, como a gestionar sus sentimientos de maneras adecuadas. Y eso, sobra decir que con 20 niños por profe no va a ocurrir ni de coña.
Montse:
Elena, sí, y sí…si al «agresor» no se le dan alternativas, seguirá agrediendo…y si al «receptor» no se le dan…seguirá recibiendo. No es que se le ponga la etiqueta de malo, que sé que se le pone (no en mi caso) pero si es el que hace daño, lo mismo al que agrede verbalmente, y aunque hay emociones en ambos niños, muchas agresiones son AUTORITARIAS, de superioridad. Y cuando te hacen daño, no puedes ser racional hasta que se calma el asunto. Y hay mucha MALDAD en niños, me cuesta escribir esto, pero es cierto, lo han mamado, eso si…
La cuestión, es que la educación se recibe en casa, y si en casa eso se permite, como dice Eva, ¿cómo se piden las cosas en casa?¿cómo se gestionan esos sentimientos?¿cómo se trabaja la empatía??
Había un video, haber si lo encuentro, de Toshiro Kanamori, sobre el trabajo de este estupendo profesor (a pesar del sistema educativo) hace con sus alumnos (eso sí, más mayores), es imprescindible que el profesor entienda, empatice y transmita. Si la herramienta, que es el educador, falla…
(…) lo que yo veo es que ella (la profe) debe poner NORMAS, se sale por la puerta, no se salta la vaya, se sigue un orden para ir al patio, se sigue orden para ir la baño, se sigue un orden… son estrictos, en el sentido literal de la palabra en la mayoría de los coles porque si no, pierde de vista a 13 en la primera oleada, y aun así se pierde muchas cosas, buenas y malas…cada niño tiene unas necesidades, y no pueden ser cubiertas por una sola persona…pero esto es así…¡y es una p****a! realmente, porque como dices Eva, los niños en guardes están muy desamparados…
Eva responde:
Elena, totalmente de acuerdo. El agresor SIEMPRE (no hablo de nosotras, claro) es etiquetado de malo.
Para que esa etiqueta le suponga una seguridad (algo que TODAS LAS PERSONAS de este mundo buscamos de la forma que sea) necesita no salirse de esa etiqueta.
Por eso, si con 2 ó 3 años ya se le etiquetó de malo… imagínate con 10 ó 12… MIEDO ME DA.
Ya expliqué en mi mensaje anterior que el manejo de los agresores que se hace en la sociedad y en los coles/guardes ES NEFASTO. Se les castiga, se ejerce violencia sobre ellos para que no agredan más (¿¿¿?????), no se les pregunta, no se les escucha, no se les supone «limpios»… y es esto justo lo que genera más violencia y más rabia contra el entorno y los demás.
Esto es así en la inmensíííííísima mayoría de familias y en prácticamente todos los coles.
¿Necesitáis que os explique mi aversión al sistema y los colegios?
(Es que me ponen enferrrrrma estas cosas)
Los niños más impulsivos, que recurren al tortazo como salida a su frustración o ira… necesitan otras formas de liberarse. ¡¡¡¡Claro!!!!! Justo es lo que NO se les da nunca (no hablo de nosotras, claro!).
Por eso, repito que, la agresión debe ser intolerable. El agresor debe saber que eso no se le va a permitir nunca. Y que si reincide no podrá estar rodeado de otros niños. Esto debe ir unido a un trabajo difícil… muy duro para la madre y tremendamente lento en «resultados». Pero lo uno con lo otro. SIEMPRE.
Montse, totalmente de acuerdo excepto en que los niños tienen maldad.
Montse aclara:
Maldad, como carencia de bondad, no puede haber cosas buenas sin malas…sí que creo que existe la maldad, y me cuesta mucho, como ya he dicho, aplicar este concepto metafísico a los niños, pero no como cualidad. No se nace bueno o malo, se hacen cosas buenas o malas, y muchas de las razones por las que se hacen cosas malas tiene su explicación, la inmensa mayoría, pero hay maldad, en actos, comentarios, pensamientos…el ambiente, sensaciones, todo influye. Si no atendemos a señales los adultos, si no remediamos, si no fomentamos el cambio, esto cada vez será mayor. Tu ves la agresión como MALA, no se puede consentir, hay que dar alternativas, pero cuando no se dan, cuando se entiende como una forma de actuar, mi hijo es así, será asi…será malvado, o no tendrá bondad…joder, quemar indigentes en cajeros, pegar palizas por PLACER, reírse de la gente, no respetar creencias diferentes…y cada vez en niños más pequeños…
Creo que el ser humano tiene la mayor de las herramientas a su alcance, el Amor, pero lamentablemente se tiene muy encasillado, contraido, enjaulado…
Dime qué opinas, Eva, convénceme de que la maldad no existe…seguro que esta noche dormiría mejor…:)
Sigo yo:
Bueno, mientras, os «reto» a dar ideas prácticas, hoy he tenido una tarde… fina, por decir algo, me he quedado sin recursos.
– Si pega a un niño… ¿qué haces?
– Si después de pegarle, y de irnos, le pega a un amigo con quien estábamos tomando una cerveza…
– Si después de pegarle a este amigo le sentamos en el regazo para que no se pueda acercar mientras que terminamos la cerveza para irnos a casa y le grita que es «malo y talipollas»…
– Si, ya camino a casa, sin terminar la cerveza, de despedida le escupe…
¿Qué hacéis? os digo que no ha sido un día «especial» en nada, hemos hecho lo de siempre. Yo creo que a nuestro amigo lo ha «agredido» por llamar la atención, pero… ains, necesito herramientas, qué consecuencias lógicas le veis a esto?? porque ya, en este punto, creo que no es suficiente el «nos vamos a casa»
Y con todo este tema, ¿cómo se trabaja el refuerzo positivo? ¿Qué pasos damos para evitar llegar al castigo? ¿Cuál sería el proceso lógico??
Es que, ya en la cama, le estaba explicando tooodo lo que ha hecho mal, por qué nos hemos enfadado, que nos hemos puesto triste, etc. y, para rematar la noche, le ha dado una patada a Carlos, porque le ha dicho que intentara calmarse y descansar (estaba muy alterado, Marcos)
Así que ha sido castigado, a dormir sin teta, que es lo único que le afecta. Ahora me arrepiento, pero hace un rato que no le oigo llamarme, así que no quiero acercarme que parece que ya está tranquilo (no está solo, está con Carlos que le hace caricias).
Montse nos escandaliza :
Pues…voy a empezar con mi aire más neoconductista al hablar de castigos, partiendo del humanismo que impera en mi doctrina..xDD
Me encanta ver la psicología como la multiciencia que es, con el dinamismo del ser humano, no se puede ser estricto.
YO creo en los castigos . Toma la bomba. Y ahora me explico…
Castigo, como lo entiendo yo…es un tapón para que no se escape el agua, es el parche, pero no se arregla nada con el castigo, cuando me refiero a castigo (positivo y negativo) me aúno al uso de refuerzos…
Castigo porque me sale, este es el ritmo de vida. Y ahora, que ya os tengo con los ojos como búhos, con el ceño fruncido de pensar si es real o no esto que leéis, me explico más.
Castigo es un término puramente conductista, igual que le refuerzo, pero no es un invento suyo…solo la nomenclatura.
Una cosa es la intencionalidad con la que aplicamos estas conductas para coseguir X cosas, y otra cosa es como aunque la intencionalidad no sea castigar, con muchas conductas nuestras, nuestros HIJOS entienden que son castigos. Cómo lo vemos nosotros no es siempre como lo ven ellos…
Un apunte:
Castigo
– Positivo: retirar algo que SI gusta para conseguir ELIMINAR una conducta
EJ: no le doy teta por que ha hecho algo que no quiero que repita
– negativo: dar algo que NO gusta para conseguir ELIMINAR una conducta
EJ: le llevo a la habitación por que no quiero que repita lo que no me gusta
Refuerzo
– Positivo: dar algo que SI gusta para FOMENTAR una conducta
EJ: le compro gusanitos por que ha hecho algo que me gusta y quiero que repita
– Negativo: retirar algo que NO gusta para apoyar una conducta
EJ: le dejo que no cene pescado (que no le gusta) por que ha hecho algo que me gusta y quiero que repita…
Aplicar refuerzos y castigos lo hacemos constantemente a mi modo de ver, a veces sin darnos cuentas, la mayoría de las veces, sin intención de fomentar conductas o eliminarlas, pero ¿cómo lo ven nuestros peques??hay que tener siempre esta visión presente. A veces hacemos cosas que ellos lo viven como castigos cuando no es nuestra intención.
Elena, desde que has empezado a contar recuento castigos, cuando tú solo has mencionado como CASTIGO el último
– PEGA: nos vamos del parque (castigo positivo, le quitas el juego en el parque)
– PEGA a tu amigo: le cojo en mi regazo para que NO se acerque mientras tomamos la cerveza (castigo positivo, le impides el movimiento que quiere)
– INSULTA: te vas casa con el sin tomarte la cerveza (castigo negativo si no quiere irse a casa)
. ESCUPE: haces algo?
– Ya en casa PEGA a su padre: sin teta (castigo positivo) y si se va a la cama y no quiere (castigo negativo)
tu manejo, claro, normal, racional, te ha salido, y has sido consciente de básicamente el último castigo…
Aplicar castigo sin refuerzo no vale de nada…y por otro lado solo hacer eso, no es educar, es eso…un parche, una medida de contención.
Creo que no puede ser, no debe ser la base de una educación a pesar de que se usa a diario y de forma inconsciente, automática diría yo. Es posible la educación a través del afecto. Pero no siempre estamos afectuosos, perdemos la paciencia, el maldito tiempo…a eso me refería con el ritmo de la vida…y la necesidad de límites es evidente, pero ¿qué pasa cuando se traspasan lo límites? ¿cuando persuadir no se logra, cuando las explicaciones razonables no son comprendidas?¿o no quieren ser aceptadas?¿aparece el castigo? Sí…puede aparecer, en ocasiones no puede NO aparecer, es irremediable, pero si que es remediable la alternativa, un castigo sin alternativa de actuación es ineficaz, es una tontería…no vale de nada. No puedes retirar una conducta o pretender retirarla sin darle una alternativa a ella, de ahí que castigo y refuerzo vayan de la mano, el castigo proporcional, la medida exacta, el tapón para ese agujero, pero luego habrá que ENSEÑARLE, el castigo no enseña, PARA, ELIMINA, no da alternativa, igual que el refuerzo aplicado sin sentido, no tiene nada más que inconvenientes. Ser conscientes de esto es muy importante. ¿¿¿Se puede enseñar sin castigos??? yo creo que no se puede enseñar con castigos, que no es lo mismo. Porque el castigo no enseña…el castigo es un STOP, luego hay que ENSEÑAR el camino correcto…
Eva retoma:
Básicamente, mi resumen es:
-castigo y consecuencia están a veces separados por una finísima línea… tan fina que a veces se confunde. Estoy de acuerdo con las consecuencias. Siempre. Sí enseñan porque te marcan los límites IMPRESCINDIBLES para vivir en sociedad. Consecuencia siempre, castigo arbitrario NO. Ejemplos: consecuencia, me voy contigo de aquí porque veo que no eres capaz de estar sin molestar a los demás; castigo, no te compro el helado porque has insultado a fulanito.
-los límites claros como son el «NO AGREDIR» no deben ser explicados una y otra vez. Pronto aprenden que pegar hace daño por lo que no hay que dar mil y una explicaciones de por qué no se pega. Límite firme, tono de voz áspero, mirada «profunda» a su altura e impedir la agresión. No hay más que explicar.
-herramientas para el agredido, ya lo hemos dicho tropecientasmil veces. Yo creo que en eso estamos todas, no?
-herramientas para el agresor. Fuera de los momentos «calientes» toca hablar. Qué pasó, qué sentías, qué podemos hacer cuando te sientes así, por qué otros actúan así, cómo te sientes cuando otros hacen esto…
Después está el trabajo con nosotras: qué esperamos de nosotras, qué piensan los demás de nuestra actitud, qué expectativas tenemos con nuestros hijos…. y para no parar…
Montse puntualiza:
Yo no entiendo las consecuencia exactamente así… las consecuencias como yo las veo pueden ser internas o externas, hacia sí mismo o hacia los demás, los castigos son siempre personales, y siempre son aplicados, las consecuencias no es necesario que se apliquen, surgen muchas veces sin mayores intenciones, si pega a un niño, la consecuencia es que el otro niño llora, y posiblemente no juegue más con él, o reciba el una leche como respuesta de su igual, o su madre se cabree, puede haber muchas consecuencias con una sola acción, pero cuando TÚ haces algo para que esa conducta no se repita, y es haciéndole algo a él, quitando, o dando…eso es CASTIGO, es pura nomenclatura, también puede ser… llámalo consecuencia, llámalo castigo, pero la función es la misma. NO SE PUEDE REPETIR ese comportamiento y se hace ALGO para que esto no pase.
Eva:
Montse, efectivamente tal como lo explicas castigo y consecuencia tiene más que ver con la significación que le damos a cada concepto que con la diferencia real que pueda existir entre ambos.
Yo creo que fuera de debates dialécticos, está claro que la agresión debe ser siempre rechazada y debe tener una consecuencia para el agresor.
Aparte está el tema de dar otras herramientas, de buscar las causas, de trabajarnos a nosotras…
Marta (Otra Valentina), dices:
por las noches también es nuestro momento de reflexión , cuando toma teta siempre le cuento que hoy fue muy bueno que mamá esta muy contenta se portó genial. O le cuento que hoy se portó mal que mamá está triste y que eso no se puede hacer…
Justo así como lo expresas es lo contrario a mi forma de ver las cosas. Yo nunca utilizo el término «ser bueno» o «ser malo» porque lleva consigo una carga importante de juicio sobre LA PERSONA y NO sobre UN HECHO.
¿qué es ser bueno o ser malo?¿qué es portarse bien o mal?¿Cumplir expectativas DE LOS ADULTOS?¿Qué vivencia tiene el niño de sí mismo cuando oye cómo le definen de bueno o malo?
Fíjate:
eres bueno=mamá está contenta
eres malo=mamá está triste
El niño puede seguir siendo malo SIEMPRE QUE MAMÁ NO LE VEA… para que no se disguste, para que no le juzgue…Mirad la cantidad de cosas que transmitimos sin querer, eh?
Montse sigue:
Estoy con Eva, no se puede etiquetar de SER pero sí de HACER. Todos los días, todos hacemos cosas buenas y no tan buenas, pero eso no nos convierte en poseedores de esa cualidad. Como dice Eva, las cosas no se hacen por que a tí (mamá) te gusten o no…porque le limitas mucho a la hora de actuar, de decidir en un futuro, y le das pie a que actúe a escondidas, las razones reales deben ser conocidas y explicadas.
Y puedes tener maldad en tus actos sin ser malo (léase mi definición de maldad en mensajes anteriores…xDD)…claro que hay ver que la balanza se va llenando, poco a poco…a lo mejor hay que ir descargando piedras de la mochila nuestra antes…:)
Vega (Monitos Cáceres), cuyo hijo tiene la misma programación base que el mío, aporta:
…he sufrido muchísimo como consecuencia de ser incapaz de ayudar a Nicolás en este tema, él pegaba (bueno ahora al parecer ha vuelto a pegar) y de verdad que es descorazonador ver como directamente llaman lindezas a tu hijo y las caras de auténtico odio hacia él. Sufres por el otro niño, sufres por la madre (cuando es una madre normal, no de las que si no estuvieras delante habría pegado a tu hijo tranquilamente) y sufres porque no sabes cómo ayudar a tu hijo.
Nicolás ha empezado «la escuelita», va a casa de un maestro amigo nuestro (pro crianza respetuosa) 3 horas aprox. por las tardes. Allí está su amigo X(28 meses) y los mellizos (de 2 años). Con X ya ha llegado a un «ten con ten» desde que X habla más tienen mejor comunicación y no se agreden, pero juegan muy bruto a veces.
Los mellizos aún no hablan, no al nivel de los otros dos, Nicolás eso lo lleva fatal. No sé si les ha pegado, pero les quita los juguetes… según el profe «tiene una actitud totalmente dominante en el aula».
El profe lo ha interpretado como demanda de atención (yo no estoy muy de acuerdo, pero cuando está allí, tengo que confiar en su percepción de las cosas).
El caso es que ha decidido que en lugar de reiterar «Nicolás ¿por qué haces eso…? eso hace daño/molesta a X ! en fin, lo habitual, ahora va directamente al otro y le consuela, intentando ignorar a Nicolás (que no su conducta). ¿Qué os parece?
Montse, esta vez brevemente , nos dice:
Vega, siguiendo un poco el razonamiento que llevo…ahora no me puedo liar mucho, pero no creo que la actitud de ignorar a Nicolás sea la adecuada, seguimos con lo mismo, se le dice que está mal, que hace daño, no se le da alternativa ni si quiera de hacerse responsable de ese daño…y al ignorarle, tampoco se le da alternativa a su conducta, se pretende su «extinción» con la retirada de atención…que se supone según su profe que es lo que él busca ( su «premio»)…esta es una visión conductista bastante simple…y basada en percepciones y suposiciones… ¿le pregunta a Nicolás por qué pega?por curiosidad…
Vega cuenta:
A Nicolás siempre le hemos preguntado por qué pega, pero no contesta, aunque creemos que empieza a ser más consciente de lo que hace, pone cara de «he metido la pata».
Según Rosa Jové a estas edades aún no son capaces de distinguir que está mal hacer daño a otro… entre otras cosas. Por más que se lo repitamos, que dialoguemos o incluso que le castiguemos. Pero vamos que por falta de repetición no será.
Y Montse remata, al menos por ahora:
No soy psicóloga infantil, Vega y Rosa si.. ella supongo que hablará de «una mayoría». Pero yo no generalizaría, a esta edad sí hay niños que saben que está bien o mal… bueno, creo ( y esto es una opinión muy personal) que el reconocimiento de hechos que están bien o están mal, LOS JUICIOS de moralidad, van de la mano de la famosa EMPATÍA, yo soy de la opinión de que la EMPATÍA tiene un carácter innato…y luego a través de la educación se puede potenciar. Y una forma de trabajar la empatía es precisamente como algunos niños de forma natural empiezan a «practicarla»: averiguando emociones, observando, poniéndoles nombre y vivenciando en palabras, qué le pasa al «otro». No hace falta que ellos compartan, hace falta que ellos comprendan.
Cuando hay una agresión, hay que preguntarle al niño siempre, por qué pega…pero no para aleccionar o hacerle culpable, o pretender que él entienda qué esta bien o está mal (que puede intentarse)… se debe hacer sin duda alguna para ser EMPÁTICOS nosotros, adultos, padres y educadores, con el «agresor» también…nos olvidamos de que en ese niño también hay una emoción clara, que está expresando, puede que esté enfadado o nervioso, o se sienta amenazado porque le van a quitar el juguete, o porque se quiera subir en el tobogán… ponerle NOMBRE a la emoción es el primer paso para controlarla, si no sabemos que tenemos que controlar mal empezamos, controlar por supuesto no es REPRIMIR…pero por supuesto no se le puede dejar dañar a otro, hay que canalizar esa expresión. Para dar alternativas, hay que saber ¿¿alternativas a qué?? ¿la agresión es la expresión de qué? Nico ya habla…y es más fácil saber qué le está rondando, pero sobretodo hay SIGNOS en los niños, que se deben reconocer, las emociones son CLARAS no se suelen esconder en los pequeños, pero para eso, debemos conocer las emociones en nosotros también…
Y vosotros, ¿os animáis a participar en el debate?
Puuufff!! qué debate más intenso y qué difícil es el día a día… Estoy convencida que tiene que ser una etapa por la que pasan muchos niños y no sólo los que son agredidos, sino también los que no los son.
Nosotros estamos en las mismas, con el aliciente de que en la mayoría de las veces la agredida es su hermana pequeña de 5 meses, aunque no la agrede solo a ella, ni tampoco su actitud hacia ella es esa siempre (muchas veces le da besos, achuchones o la acaricia, incluso cuando no le miramos, osea que no es algo especialmente contra ella, sino que ella le pilla cerca). Otras veces simplemente golpea cosas porque sí… normalmente con otra cosa (un muñeco o juguete). Es complicado, muy complicado.
Yo soy de quitarle con lo que está golpeando e intentar distraerle con otra cosa y explicarle que eso está mal y no debe hacerlo, pero muchas veces no funciona e inmediatamente vuelve a coger otra cosa para seguir golpeando, ya sea contra algo o contra alguien.
Mi marido tiene dos opciones, cogerle la cara obligándole a que le mire a los ojos mientras le dice muy serio que eso NO se hace o decirle que se siente en el sillón quieto… pero en cualquiera de las dos opciones termina llorando con una gran amargura, que a mi me da una pena terrible. Pero de verdad que no sabemos como acertar… lo que desde luego no queremos es pegarle, pues creemos que pegando no se enseña que no se debe pegar… 🙁
Llevo tiempo intentando leer «Disciplina Positiva», pero entre que no tengo mucho tiempo y que es un libro on-line no consigo pasar de la introducción. Pero estamos igual… ¡¡necesitamos herramientas!! porque con la paciencia y el amor no parece ser suficiente y a mi me da especialmente miedo que un día haga daño de verdad a su hermana.
Animo Elena, la verdad es que esto de la educación es complicado, nunca se sabe como actuar, ni que pasara por las cabecitas de nuestros hijos para comportarse asi…
Pues desde mi experiencia, yo estoy convencida de que son etapas… Los niños se ven sobrepasados por algunos sentimientos o situaciones y optan por una actitud de violencia… hasta que maduran o aprenden otras maneras para gestionar sus sentimientos, canalizarlos, solicitar la ayuda de un adulto o solucionarlo por ellos mismos.
Cierto es que no veo muy productivo lo de decirles que no se pega, que hacen pupa, y que pidan perdón, porque muchas veces mi hijo ha pegado a algún nene y luego, automáticamente, pide perdón y a los cinco minutos están igual otra vez… Creo que piden perdón por complacernos a los adultos…
Y la razón de pegar, pues creo que muchas veces es que se sienten amenazados y reaccionan con violencia ¿no será que estamos programados genéticamente para eso? El ser humano es una animal -racional, al fin y al cabo, pero animal- y muchas cosas que intentamos enseñar a los niños son culturales y van en contra de lo que les pueden empujar a hacer las descargas de adrenalina que sufren en situaciones que no comprenden o en las que algo les descuadra los esquemas.
Tampoco veo demasiado productivo preguntarles porqué han pegado. El niño lo puede ver como una censura en si mismo y cerrarse en banda ante la pregunta ya que, además, seguro que sabe por experiencia que ninguna respuesta es buena.
Si estamos delante y hemos visto toda la interacción, podría ser útil decir: -Marcos, creo que Margarita te ha puesto muy nervioso o intentar verbalizar el sentimiento que ha disparado la respuesta violenta y ofrecerle salidas alternativas para el futuro.
En el ejemplo de Elena yo diría algo así como
– Marcos, veo que no te lo estás pasando demasiado bien en el parque jugando con los otros niños, ¿prefieres que hagamos otra cosa?
– Marcos, creo que no te lo estás pasando muy bien con Pedrito. Además, él tampoco parece estar muy contento. ¿qué podemos hacer para solucionarlo? ¿prefieres estar sentado con mamá mientras terminamos aquí?
El problema es que cuando estamos en el parque o con amigos, nos sentimos presionados para «castigar» a nuestros hijos (porque es lo socialmente admitido)… Y muchas veces, por no entrar en polémicas, cogemos la actitud de salir de la situación (aunque eso lo pueda interpretar el niño como un castigo positivo).
Educar a nuestro hijo no quiere decir que cuando hace algo mal debamos castigarle con violencia aunque sea leve, lo mejor es entender lo que esta ocurriendo con nuestro hijo o hija y llegar a un acuerdo entre los dos.
Lo «mejor» no está siempre al alcance de la mano 😅 En cualquier caso, este post no es más que la transcripción, con permiso, de una conversación entre amigas compartiendo inquietudes, no pretende ser otra cosa. Gracias por tu aportación!!