Hace unos días publicaba un artículo de Cira Crespo, de Maternalias, muy interesante, acerca de la evolución que ha tenido en occidente el contacto con los bebés como parte de su cuidado y crianza. Me gustaría aprovechar para copiar aquí unos comentarios que surgieron en Facebook a partir de ese post:

Lamagia Cotidiana Muy interesante. Y sí, hay una relación directa entre sociedad patriarcal (que casi siempre conlleva una religión monoteísta, pero no siempre, ojo) y crianza con desapego. El cristianismo, por desgracia (no el paleocristianismo, sino el de los primeros «padres de la iglesia», sobre todo en el oscurantismo de la edad media), constituyó una sociedad supuestamente teocrática, pero más que eso era una sociedad plegada al clero (¿cómo se dirá, «clerocrática»? jejeje), con un montón de reglas absurdas referentes a todos los aspectos de la vida. Uf.

Nohemi Hervada […] el cristianismo no era nada pacato. Como comenta Lamagia fue la entrada de la apostasía y la desviación que trajo de las enseñanzas cristianas lo que derivó en esas cosas. la Biblia es un libro que habla mucho sobre el contacto… y en el relato de Jesús con los niños se menciona que los cogió en brazos… voy a buscar la ref.

Y por cierto… el «pecado original» no era el sexo, no para los creyentes hasta que a los «padres de la iglesia» les dio por decirlo…no debieron leer «El cantar de los Cantares».
Aunque era el clero el obsesionado por el sexo… será por aquello de prohibirles casarse…que por cierto tampoco es una enseñanza cristiana.

Lamagia Cotidiana Claro, es que el cristianismo se desvió muchísimo de lo que era en realidad. Una pena.

Como el tema ya te dije que me interesa mucho, el de la Historia y la Crianza, he decidido preguntarle a Cira algunas cosas, y aquí tienes sus respuestas.

Buenos días, Cira, muchas gracias por el artículo sobre el contacto en la historia de Occidente, me ha resultado muy interesante. ¿Cómo nació tu interés por la Historia de la Crianza/Maternidad?

Buenos días! Muchas gracias, ha sido un placer colaborar con vosotras!

Mi interés por la Historia de la maternidad empezó, podríamos decir, una tarde en Burdeos. Estando embarazada fui a esa ciudad a pasar unos días. Quería ir a consultar una biblioteca, porque estaba realizando mi tesis doctoral sobre un tema bastante alejado de la maternidad. Estaba aburrida de mi tesis y de hacer historia. La vida me estaba cambiando mucho, tenía ganas de pensar en mi niña que iba a nacer, en mis cosas y no en esa tesis que no me satisfacía. ¡Mi autoestima como historiadora estaba bajo mínimos!

Una tarde fui a pasear por la ciudad y en una librería encontré un pequeño libro sobre las Historia de la maternidad. Ese libro me encendió una lucecita. Eso era lo que tenía ganas de hacer, pensar en mis cosas, en las madres que me precedieron, en cómo se habían enfrentado a la crianza… Después nació Ariadna, mi hija, y al cabo de unos meses empecé a engancharme a blogs de maternidad y a conocer a otras mamás por la red.

Finalmente me animé a construir mi propio espacio donde compartir todo lo que iba aprendiendo sobre la Historia de la maternidad. Aún lo tengo en funcionamiento, lo podéis consultar en fentdemama.blogspot.com. Con el feedback que se genera en la red, todas las opiniones favorables que recibí, recuperé las ganas de hacer historia digamos… y ¡cogí carrerilla! no sólo terminé con mi tesis (¡ahora soy una flamante doctora en Historia!), sino que decidí ponerme a investigar a fondo. De eso ya hace más de dos años. Ahora he empezado con mi nuevo proyecto.

Cuando nos ven dando teta, o porteando, muchas veces recibimos mensajes de que eso es «de pueblo», o «de antiguas» ¿Por qué crees que está tan devaluada la imagen de unas costumbres, tradiciones, (ponle tú el nombre apropiado) que hasta hace poco eran generalizadas y que, por otro lado, son las que nos han permitido llegar a donde estamos?

La modernidad arrasó con todo. Podemos llamarle industrialización, podemos llamarle capitalismo o como más guste. Pero el movimiento que se generó en los países occidentales en los últimos siglos ha sido una de las revoluciones más importantes que se recuerdan.

Cambiaron hábitos, formas de vida, costumbres, etc. Se empezó a fraguar toda una ideología que quiso acabar con todo el pasado, con todo lo anterior. A eso hay que añadirle la irrupción de los medios de comunicación de masas que hicieron que esos mensajes calaran aún más hondo. La verdad es que tuvo mucho éxito. En lo que respecta a la maternidad, toda una generación de madres olvidaron el pasado en muchos aspectos.

Por suerte, como siempre, algo quedó. Algunos espacios marginales, con gente que no había sido alcanzada por el tsunami de la modernidad, seguían con la costumbre, con prácticas “de antes”. La imagen de madres dando el pecho, acarreando a sus niños encima, quedó definitivamente asociada a colectivos como gitanos o colectivos marginales.

Pero por otro lado, mucha gente nos dice que es «de modernas». Como historiadora y madre, me gustaría saber tu opinión al respecto. ¿Realmente la Crianza sigue dictados de «la moda» o es algo más profundo el movimiento que estamos viviendo hacia una Crianza con más contacto?

Yo creo que la crianza, la maternidad… en definitiva, las maneras en cómo cuidamos a nuestros hijos, son producto del contexto histórico. Hacemos las cosas como las hacemos porque hemos nacido en la época en que lo hemos hecho.

Ahora vivimos en una época de cuestionamiento del modelo social y económico. Las nuevas maneras de crianza, la revalorización de prácticas usuales hace unos siglos, son respuestas individuales a este malestar. El malestar es profundo y no una simple incomodidad. No, no estamos hablamos de modas pasajeras.

El movimiento de desafío a lo establecido alcanza a muchos aspectos, pero creo que el modelo familiar y de crianza es un pilar de la sociedad, uno de los núcleos principales en los que actuar. Como decía un famoso lema feminista: lo personal es político.

Ahora estás empezando un nuevo proyecto, Maternalias, ¿Nos hablas un poco de él? ¿Cómo has llegado hasta él? ¿Por qué?

Como he dicho en la primera pregunta, hace ya algunos años que tengo un blog en catalán, donde iba haciendo historia. Se ha convertido en un espacio muy personal. Una casa donde me reúno con mis amigas, podríamos decir. Ahora tenía ganas de ampliar la casa y abrir otra ventana desde la que mirar hacia otros sitios. Maternalias quiere ser un lugar donde compartir mis historias, pero también para ofrecer mis servicios como historiadora.

Desde Maternalias ofreces diferentes servicios, uno que ha llamado mucho mi atención es el Taller personalizado de historia propia, que, si no lo he entendido mal, tiene como objetivo ayudar a crear la historia del maternaje familiar. Pero, ¿qué crees que puede aportar este taller a una madre?¿Por qué hacerlo?

La historia de la maternidad es un poco especial. Es una historia de la que no tenemos demasiados relatos. De hecho, la historia de la maternidad no existe… es un conglomerado de miles de historias, la de cada una de nosotras, la de nuestras madres y las madres de nuestras madres. Nosotras somos los sujetos que construimos esta historia. Las protagonistas.

Además, nos interesa. Yo siempre ando preguntando a todas las mamás cómo fue su parto, cómo ha sido su lactancia, cómo hace con el sueño del niño… y lo que más me interesa es la historia de mi familia. Daría lo que fuera por saber cómo le fue a mi abuela en el parto, detalles sobre cómo amamantó a sus tres hijas. Pero ahora ya es un poco tarde, ella ya no se acuerda.

Me encantaría ayudar a las mamás, a través de preguntas, a realizar ese relato, a tirar del hilo de su historia maternal y que esas historias queden escritas. Después, ayudaría en la edición, a adecuar la redacción si es necesario y finalmente, si está interesada, editar un librito. Así quedarán escritas. Será un legado familiar, tal vez con algunas páginas en blanco, para que las rellenen las madres que vendrán.

Muchas gracias Cira, te deseo lo mejor en este nuevo proyecto, te seguimos :mrgreen:.

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contacto

Elena López

Asesora,

consultora y

formadora de Porteo

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