Te decía el otro día que este finde pasado (del 1 al 3 de febrero) tenía una nueva formación con Mauricio Kruchik. Esta vez, Reflexología y Psicoprofilaxis: Puerperio y preparación al parto.

No puedo decir más que WOW. Bueno, mentira, sí que puedo decir más. Mucho más. Fue un fin de semana muy muy intenso. El viernes, muchos contenidos, que, aunque muchos eran comunes con el curso que yo ya había dado, estaban encontrando nuevos encajes en mi cabeza.

El sábado y domingo, la cosa fue de emociones.

Ya he hecho varias formaciones de estas oxitócicas, (sobre todo, las relacionadas con el masaje tienen tendencia a ponerte por las nubes) pero esta podría denominarse Oxitóxica casi. Ha sido una suma de factores que será difícil repetir (Mauricio, ya tienes un reto :razz: ). Por un lado, casi todas las participantes nos conocíamos del curso anterior, o de otros aspectos de nuestro desempeño diario, y había ya confianza y complicidad.

Por otro, Mauricio, que es capaz de hacer una formación divertida por muy llena de contenidos que esté, y reirse ya sabemos que moviliza mucha hormona «placentera». Las técnicas en sí, concretamente dos de ellas poderosísimas, la parábola y los plexos, que nos desbloquearon en distintos niveles y movilizaron muchas energías.

*Nota para mis compis de curso: cada día que pasa estoy más dispuesta a poner al mismo nivel a los plexos y a la parábola, qué os parece?? :mrgreen:

Compartir esas técnicas que te sacan tanto con desconocidos puede resultar violento o incómodo, pero con estas mujeres (y Mauricio) estamos en otro momento: ya hemos compartido cosas importantes antes.  Es fácil así dejarse llevar, dejarse tocar los pies y el corazón. Y tocar.

Pero creo que ha sido determinante la presencia de Marcie. Ella es ginecóloga (trabaja en Mexico), educadora perinatal y doula. Una combinación muy interesante, ¿no te parece? Pero lo más apasionante es ver cómo trasmite, cómo vive su profesión. Cómo combina sus conocimientos de doula y de médico, y cómo le brillan los ojos, el cuerpo entero, cuando lo cuenta, lo explica, lo comparte.

El rebozo en el partoNos estuvo enseñando a usar el rebozo durante el desarrollo del parto como elemento de relajación y desconexión, y para mí fue un momento muy potente de la formación. Como herramienta, alucinante. Como experiencia personal, increíble. Marcie, para el próximo sería genial poder parir contigo, ojalá hubieran más profesionales como tú. No solo en la atención a la maternidad, en cualquier ámbito de la vida. Si cada uno se dedicara a lo que le apasiona como lo haces, tendríamos un mundo mucho mejor.

Otra presencia que enriqueció muchísimo el curso fue la de Elo. Habíamos hablado de que viniera a darnos una charlita sobre el comienzo de la lactancia (problemas frecuentes, causas reales de hipogalactia, frenillo, ingurgitación y mastitis…) como previo a la parte del curso en que Mauricio nos explicó las técnicas reflexológicas para aliviar una mastitis o ingurgitación.

Como además de una gran profesional (hay que ver cuánto sabe esta chica de lactancia) es una gran persona, pese al delicado momento personal que está viviendo, no quiso dejar de venir a acompañarnos. A hablarnos de lactancia, y a dejarnos sus pies para practicar la técnica de los plexos. Y más aún, para compartir con nosotros lo que había sentido mientras.  Fue otro momento muy intenso, como podrás imaginar.

En fin, no me queda mucho más que agradecer a mis compañeras, y a todas las mamás que nos dejaron sus pies y contestaros pacientemente nuestras preguntas (y aguantaron nuestros debates), la experiencia.

Curso Reflexología

Para completar mi finde pletórico, el sábado cené con Nohemí, Mauricio y Marcie, y me reí muchíiisimo. Y volví a flipar como siempre que veo unos stilettos (o como se llamen esos taconazos de aguja imposible) con portabebé (y niña de casi dos años dentro). Nohe, en eso también, eres mi ídola (que no mi gurú :lol:)

¡Ah! y a nivel físico también quería contarte… el viernes me levanté con un «trancazo» de libro: dolor de cabeza, mocos, estornudos, dolor articular… Vaya, que me desperté a las 3:30 y no me pude volver a dormir de la congestión. Yo, que no tomo medicamentos apenas y que intento curarme con reposo casi todo, me pertreché de pañuelos y me fui para el curso porque no me lo podía perder. Pese al montón de horas encima, y no haber podido descansar apenas, el  lunes estaba como nueva (bueno, algunos mocos quedan). ¿Alguien da más por menos?

 

 

contacto

Elena López

Asesora,

consultora y

formadora de Porteo

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