Quiero empezar este post contándote que hará un par de meses recibía una propuesta de Molto para probar algunos de sus juguetes, cosa que les agradezco enormemente para empezar.
Les agradezco la oportunidad de conocer sus productos, el regalo para mis hijos (sobre todo eso) y el post que te traigo hoy, que también nace de su iniciativa. Y por supuesto, quiero agradecerles lo que he tenido oportunidad de experimentar.
Y también te lo quiero agradecer a ti, porque es gracias a ti que Molto ha considerado mi blog para ser Molto Tester.
Así que quiero contarte nuestra experiencia con ellos ahora que estamos a una semana del cumpleaños de Marcos, al que le he comprado un regalo que, antes de esta experiencia, probablemente hubiera dudado mucho más si comprarlo o no.
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La propuesta de Moltó me pareció muy interesante como bloguera, por fin las marcas empiezan a tomarnos en serio y ofrecer colaboraciones que aportan valor en vez de limitarse a enviar notas de prensa genéricas y «a cascoporro».
Sin embargo, he de reconocer que nunca les habría comprado estos juguetes que ellos nos mandaron. Como madre, suelo elegir otro tipo de juguetes, de tamaño más pequeños y buscando que «aporten algo más».
Pero, realmente, son los niños los que aportan. Y Moltó me ha dado la oportunidad de comprobarlo y disfrutarlo.
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Marcos y Lucas recibieron, de parte de Moltó, un Parking de plantas y una alfombra con un circuito y siluetas de señales de tráfico y coches de Cars.
Con estos dos juguetes y ellos solos, sin mis «ideas» ni mi intervención:
- Han hecho un juego muy físico y tridimensional, especialmente el parking. Sus dimensiones les ha permitido jugar no solo en horizontal, sino en vertical también, incluso introduciéndose dentro físicamente. No es fácil de conseguir en el interior de casa.
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- Establecieron, de motu propio y sin mi intervención, un sistema de turnos que les satisfizo a los dos. Creo que es la primera vez que esto ocurre, hehehe.
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- Han hecho experimentos de física. Primero con coches de diferentes tamaños, luego con diferentes objetos. Los traen, apuestan entre ellos cuál llegará antes al final de la rampa (lo que viene siento establecer hipótesis) y los dejan caer (prueban sus «teorías»). Concluyendo (más Marcos que Lucas), que el peso es más importante que el tamaño, y que las formas redondeadas son mejores (la mandarina bajó más que el plátano, hahaha).
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- ¡¡¡Hicieron limpieza!!! Para poder guardar el parking en su habitación decidieron colocar cosas, tirar o regalar las que no estaban usando y guardar en cajas muchos de los juguetes que normalmente andaban tirados por el suelo. No te emociones, esto ha durado poco tiempo, ya vuelve a haber juguetes por el suelo. Pero los recogen cuando quieren sacar el parking o el tapete para poder moverse libremente a su alrededor 😉
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- Y todas estas cosas las hacen, y esto no deja de maravillarme, en equipo. Repartiéndose las funciones entre ellos. No siempre juegan juntos con el parking o el tapete. Pero cuando lo hacen suelen ponerse de acuerdo con bastante facilidad. Eh! que tampoco es infalible, eh? Pero sí que es verdad que consiguen un juego en común bastante armónico.
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Y, ¿por qué han tenido tanto éxito?
Además de, por supuesto, que son bonitos y han podido aguantar sus experimentos e interacciones sin inmutarse.
Creo que la clave está en el segundo o tercer mail que me crucé con Moltó. Me preguntaron qué les gustaba hacer a los peques. Y les conté.
En base a eso, mandaron los juguetes. Juguetes sin más aspiraciones que ser divertidos. Juguetes que les han encantado y han puesto en juego todo el potencial creativo y colaborativo de Marcos y Lucas.
Y por eso, para este cumpleaños, no he dudado comprarle a Marcos un juguete que, personalmente, me parece feísimo. Pero él está muy interesado y emocionado y pregunta y … estoy segura que va a ser capaz de estrujarle todo el potencial mucho más allá de lo que yo imagino.
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Así que ya sabes, la mejor manera de acertar con un juguete es que lo elijan ellos acorde a sus intereses. Ya harán ellos que sea educativo, creativo, motivacional… Siempre que, por supuesto, les dejemos interactuar con el juguete libremente.
Y si quieres averiguar qué cae antes por la rampa, la leche o el agua… Corre a por un parking (y a por paños para limpiar )