En nuestros jueves de #Postinvitados hoy nos acompaña Mariló.

Mujer polifacética, no en vano es Mariló «Tres amores y un millón de aficiones», se ha formado, entre muchas otras cosas, como Asesora Continuum y como  Asesora De Monitos y Risas.

Nos cuenta sus inicios con el porteo y las cinco primeras cosas que le aportó el porteo.

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Cuando nos quedamos embarazados no sabíamos nada acerca del porteo, de hecho, nuestra idea era hacer lo habitual en aquel momento, llevar a nuestro peque en un cochecito. Algo debía haber en mi subconsciente, cuando un día en una tienda terminé comprando un trozo de tela larguísima con unas anillas, que más adelante me enteré de que se llamaba bandolera.

Cuando llegué a casa me empapé de las instrucciones y de los vídeos que tenía en Internet esa marca. Me pareció precioso el llevar pegadito a mi bebé, pero el cochecito seguía ganando por goleada, era lo que llevaba todo el mundo y además, a quien iba a engañar, seguro que no sería capaz de ponerme aquel trozo de tela.

Pero nació nuestro bebé y con él todo nuestro mundo se puso patas arriba. Afortunadamente él tenía las cosas mucho más claras que nosotros y no soportaba el carro, de hecho no soportaba nada que no fuese estar en brazos. Mientras duró el permiso de paternidad todo iba bien, pero cuando se terminó me encontré sola con un bebé que parecía empeñado en que yo no hiciese otra cosa que estar con él.

En ese momento recordé aquel trozo de tela, pero desistí porque seguía pareciéndome sumamente complicado y, además, en pleno mes de agosto era una sauna. Ya teníamos claro que nuestro bebé iba a estar pegado a nosotros, pero todavía nos quedaba un camino que recorrer.

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Marilo con bandolera

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Compramos una mochila (no ergónomica) en una tienda especializada y nuestro bebé mientras estaba en ella estaba mucho más tranquilo {1ª cosa que nos aportó el porteo}, pero yo era incapaz de estar mucho rato con la mochila, me destrozaba la espalda, así que seguía llevando el cochecito y lo turnaba. Un día me encontré con Red Canguro y ya sí que todo fueron ventajas.

Compramos nuestro primer elástico, mi bebé estaba encantado y yo volví a tener brazos. A partir de entonces podía hacer todas las cosas con mi bebé, además el llevarle siempre cerca me hizo conocerle mejor y poder anticiparme a sus necesidades {2}.

Juntos íbamos a todas partes, y además al no llevar cochecito no teníamos que esperar en el transporte público {3} si iba otro bebé en silla.

Pudimos volver a hacer cosas que nos encantaban, como el senderismo. Nuestro peque era una unidad con nosotros y no había camino por escarpado que fuera que se nos resistiese {4}.

Pero si tuviese que quedarme con una cosa, una sola, de las que me ha aportado el porteo es la sensación de paz maravillosa de tener a mis peques durmiendo tranquilamente en el portabebé, es como si el tiempo se parase, como volver a tenerlos en mi interior {5}.

¿Y a vosotros? ¿Qué os ha aportado el porteo?

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Mariló de senderismo

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A Mariló la puedes encontrar en su blog, Tres amores y un millón de aficiones, o en su web Gestando una doula.

Como a casi todas nosotras, a Mariló la maternidad le cambió su manera de ver el mundo. Y ese proceso lo vivió, como casi todas nosotras en nuestro primer puerperio, a solas.

Por eso se forma para acompañar, para que nadie tenga por qué seguir viviendo un puerperio en soledad. En sus palabras, «soy doula porque creo que hemos perdido esa tribu que se necesita para criar a un niño, porque ya no hay círculos de mujeres, porque quiero ser bruja, sabia, curandera, chamana y acompañar a otras mujeres a que encuentren su camino en esta maravillosa aventura de la maternidad».

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contacto

Elena López

Asesora,

consultora y

formadora de Porteo

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