Del blog Marsupina, de mi amiga Sol, me traigo este excelente artículo sobre el correcto uso de las bandoleras. Sol es, probablemente, la persona que más sabe de bandoleras en España. No sólo ha criado a dos hijas en ellas, sino que además las ha confeccionado durante mucho tiempo para la venta, así que las conoce desde todos los puntos de vista. Así, pues, publico aquí su artículo porque creo que, leyéndolo con atención, muchos de los problemas más comunes que nos encontramos al usar una bandolera se solucionan.

Además, os invito a daros una vuelta por su blog, impregnado de su gran sensibilidad, y de su buen hacer como mamá y como artista, que lo es. No me enrollo más, este es su artículo (publicado originalmente aquí). ¡¡Gracias, Sol!!

Las bandoleras son portabebés muy simples y versátiles, rápidos de poner y quitar, fáciles de guardar en cualquier bolso y muchas veces los grandes preferidos de los pequeños (al punto de sólo aceptar este tipo de portabebés)

Al ser tan fáciles y rápidos de poner y quitar los convierte en portabebés ideales para la época del “sube y baja”, esa en la que los peques comienzan a caminar y piden brazos y suelo a cada rato. Son unos de los portabebés más frescos de cara al verano y muy cómodos de cara al invierno, ya que pueden ponerse debajo del abrigo y subir y bajar al bebé incluso sin quitarse la chaqueta.

La verdad, para mí, las bandoleras están llenas de ventajas, en especial su sencillez, rapidez de uso y preferencia de los peques (y mayores en ciertos momentos). Sin embargo, a veces al principio, puede resultar mucho más complicado de lo que parece…

Una de las primeras dificultades que comentan los padres es que la tela se les hace un “burruño” al pasarlas por las anillas.

Para que eso no suceda hay que intentar pasarla lo más ordenada posible, formando una especie de acordeón y procurando que cada extremo de la tela entre y salga por el mismo lado.

Puede parecer un paso sin mayor trascendencia, pero es sumamente importante conseguir que la tela pase por las anillas lo más ordenada posible, de lo contrario costará más ajustar la bandolera una vez que tengamos al bebé en ella. Además, si por ejemplo quedara un “bodoque” mayor de tela en una zona, ese “escalón” hará que la tela que se encuentra en la zona menos tupida se escabulla y se afloje el conjunto en esa zona, obligándonos a reajustar a cada rato para conseguir sostener al pequeño en su lugar.

De hecho, esto último es uno de los primeros motivos de consulta y de desánimo de los padres primerizos en el uso de bandoleras, “el niño se me escurre”.

Anillas demasiado bajas que provocan una mala postura en el bebé.

El primer paso para evitar que se afloje la bandolera es justamente ese, conseguir que la tela pase lo más ordenada posible por las anillas.

Una vez conseguido eso, es necesario conseguir la posición correcta del bebé y la bandolera en su conjunto, lo que incluye la posición de las anillas sobre quién lo lleva.

Las anillas deben quedar lo más altas posibles, a mi me gusta que me queden justo debajo de la clavícula, o incluso casi sobre ella pero de modo que no moleste sobre este hueso, haciendo que estén lo suficientemente altas como para permitir una correcta posición del bebé. Si las anillas están muy bajas el bebé quedará muy bajo, o, peor aún, no permitirán que la tela de ese lado lo sostenga de forma cómoda y segura ni permitirán que adopte la postura recomendada.

¿Cómo conseguir que las anillas queden altas?.

Muy sencillo. Primeramente, al colocarnos la bandolera, la pondremos con las anillas casi sobre el hombro porque, al ajustar, bajarán un poco. Sin embargo este no es el “gran secreto”, lo más importante es el modo en que se ajusta la bandolera.

Lo ideal es haber formado el bolsillo (el hueco donde irá el bebé) lo más justo posible, es decir, que casi sea del tamaño del bebé, que sólo necesitemos dar un tironcillo de tela para terminar de ajustar.

Posición correcta

Y, el “truco” principal es que, al ajustar, no debemos tirar de la tela sin más, sino que primero necesitamos traer hacia delante todo el restante de tela que queda en nuestra espalda. Si simplemente tiramos de la tela de la cola (lo que cuelga desde las anillas), toda la tela libre que queda en la espalda se vendrá al frente por la zona que ofrece menor resistencia: las anillas, haciendo que estas bajen. Si primero traemos hacia el frente toda la tela restante de la espalda, manteniendo las anillas en su sitio, al ajustar, practicamente ya no se moverán. Si las anillas quedaron altas, donde deben estar, permitirán colocar al bebé en la posición más adecuada.

Pero, ¿cuál es la posición recomendada?, pues la que comentamos siempre, espalda redondeada, rodillas más altas que las nalgas y piernas abiertas unos 90-130º.

Esta es la postura fisiológica de un bebé y, con ella, vamos a favorecer el desarrollo de sus caderas.

Postura incorrecta

Pero no sólo es la posición más favorable para el correcto desarrollo del bebé, sino que también es la más segura. Si las rodillas quedan más altas que las nalgas es practicamente imposible que el bebé pueda escurrirse. Un fallo común al comenzar a utilizar bandoleras es no pronunciar suficientemente esta postura, dejando al bebé demasiado “recto”, “estirado”, o lo que solemos llamar en los foros de porteo: “colgón”.

Esta mala postura es otra de las responsables de que el bebé se “escurra”, y, en muchos casos también, de que se tire para atrás, haciendo que la persona que lo lleva se sienta insegura y necesite poner un brazo en la espalda del pequeño.

Conseguir la posición más adecuada es muy sencillo, lo ideal otra vez, es comenzar con el bolsillo lo más justo posible, y bien formado, esto es, con una profundidad aceptable. El bolsillo que sostiene al bebé debe permitir que sus nalgas profundicen en él por lo que los extremos deberán estar más tensos que el centro.

Un error frecuente es intentar ajustar tirando de la cola (la tela que cuelga de las anillas) como un todo, lo que provocará que el bebé se “aplaste” contra el cuerpo de quien lo lleva, adquiriendo una mala postura, la que llamamos “colgona”.

Posición correcta

Una vez formado el bolsillo y colocado el bebé, necesitamos ajustar banda por banda toda la tela, empezando por los extremos. A mí me resulta más cómodo empezar por el extremo que sostiene la espalda, luego por el que sostiene las rodillas y, finalmente, si es que hace falta, ajustar la tela que sostiene las nalgas, para terminar dando los últimos ajustes.

No hay que tener miedo en ajustar, siempre que lo estemos haciendo de forma correcta, pronunciando la postura comentada, la tela sostendrá al bebé de forma pareja y segura. Si no ajustamos lo suficiente y queda demasiado flojo, el peso se desplazará hacia fuera del eje de nuestro cuerpo aumentando la sensación de peso y haciendo del porteo algo sumamente incómodo, además puede provocar que necesitemos un brazo para sentirnos más seguros y/o estimular al bebé a inclinarse, tirarse hacia atrás o estirar las piernas, cosas todas ellas que llevarán a que se desacomode y se necesite reajustar antes de lo previsto.

Conseguir una buena postura no lleva más que unos pocos segundos, de verdad que, una vez pillado el punto, es muy, muy sencillo utilizar una bandolera.

Con estas pequeñas consideraciones espero que podáis conseguir una postura cómoda y segura y por lo tanto un porteo satisfactorio, tanto para el bebé como para quien lo lleva.

En la sección VÍDEOS DE BANDOLERAS podéis ver distintas formas de colocar al bebé y, de forma más práctica, los pequeños trucos que he comentado aquí.

Espero que esta entrada os haya resultado útil. : )

Si tienes más dudas por favor no dejes de escribirme, estaré encantada de ayudarte en lo que pueda.

Sol.

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contacto

Elena López

Asesora,

consultora y

formadora de Porteo

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