A mi niño mayor le encargaron un trabajito en el cole.
Teníamos que hacer un adorno navideño con la ilustración que él quisiera.
Y quiso una virgen con el Niño Jesús mamando teta.
Deseo cumplido.
Aunque se extrañó porque «no puse» al bebé Jesús en un fular. Ni modo, el dibujo ya estaba hecho.
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Pero me hizo pensar…ciertamente María pudo haber porteado. El porteo es tan antiguo que podría llevar un «A.C.» sin lugar a dudas.
Pero me imagino a una pequeña y joven quinceañera, llevando el puerperio sola en un pesebre. Sin madre cerca, ni hermanas, ni tribu que pudiesen echarle una mano.
Y es así como «nació» esta historia 🙂
Tilín tilín
A lo lejos se escuchan cencerros
El viento aúlla lastimero
Los animales en el pesebre se inquietan por momentos
María agotada con un recién nacido a la teta
mira enamorada su carita regordeta
José aguarda, a veces le sobra el cuerpo, a veces le faltan las manos
_José, tengo frío, pero también estoy sudando.
José apresurado envuelve a la madre y al niño
Y con una sonrisa en los ojos, observa extasiado
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Serie «María» de David Delpino
En los días siguientes María se parte en dos
Que quiere recoger cosas, que quiere estar con su niño
Ha preparado una cunita de paja
Pero parece que tiene pinchos
María desespera, José está agotado
El bebé Jesús no quiere
ni por un momento sentirse abandonado
María piensa y piensa
Trata de encontrar la solución
para tener a su hijito
siempre cerca de su corazón
A lo lejos escucha balidos
cantos alegres, carretillas destartaladas
Una hermosa estrella aparece en el firmamento
Alumbrando la madrugada
_¿Quiénes serán José?
Pregunta intrigada
_Tal vez mercaderes que buscan posada
María se ciñe a su niño con mantas raídas
Ha rasgado su ropa, sus velos, se ha rasgado ella misma
Para vestir y acunar a quién ahora es su vida
José se asoma a la puerta
¡Vienen hacia acá!
¿Quiénes querrán venir
en medio de la oscuridad?
María sonríe por dentro
pues nada de eso le extraña
ella presiente que su niño
Será el motivo de una velada
Un resplandor desde lo alto
ilumina la vereda
por donde entran majestuosos
envueltos en oro y seda
Tres camellos de plateadas riendas
Tres señores nobles
que entre sus manos llevan
Baúles preciosos, hermosos cofres
y un alegre cortejo
de flautas cantarinas y panderetas
Son los pastorcitos que cantando
vienen anunciando fiesta
Cuando entran, ven a María
casi desnuda, temblando
Y su bebito contra su pecho
abrigadito, mamando
La estancia en desorden
El hogar sin fuego
_Es que mi niño siempre quiere
Sólo brazos, sólo pecho
Las madres pastoras riendo, con mucha prisa
Rodean a la linda primeriza
Y obsequiándole mantas y hermosos tejidos
le ayudan a atarse a su niño
Luego los tres nobles seres
De rodillas y cantando
Ofrecen Oro, incienso y mirra
Y otros magníficos regalos
Los ancianos reyes observan
las bellas mantas campesinas
y a sus mentes les viene una idea
Tal vez sea igual de magnífica
seguidamente se despojan
de sus preciosos turbantes
Seda, lino, lana fina
algodón egipcio y cachemira
_Quizá esto ayude un poco
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«María portea» Ilustración original de David Delpino
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María muda de emoción
Les da las gracias desde su corazón
y meciendo a bebé empieza a soñar
Las mil formas en que lo podrá portear
Siempre pudiendo velar su sueño
Porque aunque sabe que algún día
No podrá más protegerlo
Por ahora sólo quiere
Siempre llevar a su pequeño
Nota de agradecimiento:
Este post te lo dedico a ti, David por convertirte en «mis manos» un momento. Gracias por crear las ilustraciones que acompañan hoy mi texto. Gracias por captar como siempre a la perfección, lo que pienso.
Las imágenes que acompañan este post son propiedad de David Delpino y tienen TODOS los derechos reservados, esto es, se prohibe su reproducción total o parcial sin permiso expreso de su propietario.
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Que hermoso cuento, digno y a la altura de los mejores, de todos los tiempos