Portear (el contacto) tiene muchísimas ventajas, tanto para el bebé, como para los adultos. Estas ventajas son cada vez más conocidas y muchas de ellas son la causa de que cada día el porteo esté más extendido.

Los papás, hombres, se benefician tanto como las mamás de las ventajas que el porteo y el contacto nos otorgan. Y disfrutan tanto, o más, que nosotras llevando bien pegaditos a sus peques.

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Aprovechando que pronto es el día del padre, una excusa como otra cualquiera, me gustaría hoy hablar de (y para) los padres, de los hombres, y lo que el porteo supone para ellos.

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Tres ventajas para papás del contacto y porteo

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Afortunadamente, la figura paterna (más allá de casos particulares) está sufriendo una evolución: De la figura del padre «proveedor» (responsable del sustento material y que deja el sustento emocional a la madre) estamos llegando a la figura del padre responsable (que asume responsabilidades en el sustento y en los cuidados de todo tipo).

En este nuevo panorama, en el que hombres y mujeres estamos re-dibujando los roles familiares muchas veces en contra de todo nuestro aprendizaje y luchando contra nuestro entorno, el porteo es una herramienta que nos ayuda a desplegar los recursos que la biología ha puesto a nuestra disposición para enfrentarnos con éxito a la pa(ma)ternidad.

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1.- El contacto propicia el equilibrio endocrino propio de la paternidad

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Parece que cada vez tenemos más claro que durante el puerperio, no solo el inmediato, las hormonas en el cuerpo de la madre tienen niveles diferentes que antes del embarazo. Sin embargo, es menos conocido que también cambian en los hombres.

La evidencia científica nos dice que, en los padres implicados en el cuidado de los bebés, la oxitocina y prolactina, hormonas del amor por excelencia, suben. Y disminuye la testosterona.

Este nuevo equilibrio endocrino, además de facilitar las tareas de paternaje y poner en marcha los mecanismos del apego seguro, mejora la salud y el funcionamiento del sistema nervioso (ya que estas hormonas son además neurotransmisores).

Estas hormonas, oxitocina y prolactina, se segregan como respuesta al tacto y al contacto visual. Dos elementos muy presentes en el porteo. Así, portear o llevar mucho a tu bebé en brazos facilita que el sistema endocrino «ponga las cosas fáciles» para enfrentarnos, mujeres y hombres, a las exigencias de la pa(ma)ternidad.

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2.- El contacto y el paternaje inducen el desarrollo de nuevas neuronas

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Y ya sabemos lo que significan nuevas neuronas: más capacidad en el sistema nervioso.

Los científicos se plantean que este proceso responde a la nueva «riqueza ambiental«: la existencia del bebé e implicarse en su cuidado (a todos los niveles) suponen un nuevo escenario con diferentes exigencias, y el cerebro responde creando nuevas neuronas (al menos en estudios con animales) y nuevas sinapsis entre ellas.

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La importancia de los cuidados paternos
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3.- Tener al bebé cerca y hacerse cargo de él incrementa las habilidades emocionales y sociales así como de razonamiento lógico

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Tiene todo el sentido: la Naturaleza quiere lo mejor para las crías, de modo que se asegure el mayor éxito posible para la especie.

Así, la maternidad hace que la amígdala de las mujeres incremente su actividad, incrementando su procesamiento emocional. Sin embargo, cuando la madre no está presente (porque es el padre el que está cuidando al bebé) o cuando es el hombre el cuidador principal (familias homoparentales o monoparentales) es el cerebro paterno el que incrementa la actividad de la amígdala.

Por su parte, el cerebro del padre implicado en el cuidado del bebé incrementa la actividad en el surco temporal superior, responsable de la interacción social y relaciones lógicas. Y el porteo te facilita el cuidado del bebé en muchos aspectos.

Estas nuevas habilidades sociales y emocionales son causa y efecto de la mayor implicación de los padres en la crianza, a modo de espiral virtuosa.

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Dos particularidades del porteo masculino

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Más allá de prejuicios como «eso es de chicas», «yo no me voy a apañar» y similares, la verdad es que solo hay DOS características importantes, derivadas de las diferencias físicas, a tener en cuenta a la hora de portear.

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1.- La forma del torso es diferente

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Los padres tienen el torso más plano que las madres. Son más anchos y no tienen pechos, por lo que los puntos de apoyo del bebé sobre el cuerpo del adulto son diferentes.

Especialmente en hombres de mucha envergadura, hay que cuidar que las caderas del bebé no queden excesivamente abiertas o la espalda más recta de lo recomendable. No pasa nada por notar las rodillas del bebé contra tu cuerpo, siempre que la tensión del portabebé y posición de la cadera/piernas/espalda sea la correcta.

La diferencia de constitución puede hacer también que, pese a tener tallas equivalentes de ropa, el ajuste del portabebé entre mamá y papá sea diferente. Recuerda que la tensión adecuada es aquella que te permite moverte libremente sin que tu bebé se separe de tu cuerpo.

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2.- La faja abdominal y suelo pélvico también son diferentes

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Por un lado, su suelo pélvico, además de que no han pasado por la gestación, está más protegido por la estructura de la pelvis (que es diferente que la de la mujer). Así, los papás se pueden preocupar menos del porteo hiperpresivo, o despreocuparse de recuperar el tono muscular tras un embarazo/parto o cesárea, episiotomía, etc.

Por otro, el hecho de tener la faja abdominal «menos maltratada» los convierte en porteadores ideales para niños con más peso, durante la recuperación postparto de mamá o para portear a la espalda durante periodos largos de tiempo.

Y como no van a ser todo ventajas, hay que tener en cuenta que la menor diferencia de diámetro entre cintura y cadera en los hombres se puede traducir en cierta dificultad para encontrar la zona adecuada de apoyo del portabebés o nudo.

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y Una última consideración…

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Además de todas estas ventajas, déjame que os cuente una obviedad: no hay nada más atractivo que un hombre porteando y/o cuidando a un bebé. A todos los niveles.

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Los hombres también portean

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No, en serio, la última consideración no es esta (aunque no hay que perderla de vista), sino que el porteo y el contacto no solo nos facilita el pa(ma)ternaje, haciéndonos la vida más fácil.

Un padre implicado beneficia a nuestros hijos de múltiples maneras. Puedes echarle un vistazo a este enlace, en inglés, para ver algunas de ellas, que este post ya me ha quedado suficientemente largo, hehehe.

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Y como siempre recomiendo, si quieres aprender a portear, busca una buena Asesora de porteo que te acompañe en la elección de tu portabebés ideal y en sus primeros usos.

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Nota: este post se publicó originalmente en el blog de La Escuela de Mamá, hoy cerrado.

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contacto

Elena López

Asesora,

consultora y

formadora de Porteo

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