Tenía muchas ganas de poner esta actividad en marcha… ¡y por fin vamos a poder llevarla a cabo!

El juego es una actividad imprescindible para los niños, ya Rudolf Steiner, fundador de la pedagogía Waldorf, decía que el juego es un trabajo serio para el niño. A través del juego el niño comprende la naturaleza y su entorno cultural de forma imitativa. Gracias al juego se forma la base para el conocimiento del mundo. “Aprender” se convierte en “comprender”. Para el niño pequeño, “concebir mediante el juego” significa: percibir con todos los sentidos, poner en movimiento todo el cuerpo, ser activo. A través del juego el niño se capacita para dominar el movimiento corporal, su equilibrio, un tacto delicado y un impulso lleno de fuerza. De ello nace más tarde la experiencia consciente de sí mismo: puedo conformar el mundo porque lo he comprendido.

Por su lado, Albert Einstein, uno de los científicos más innovadores de nuestro siglo, decía: “Si me observo a mí mismo y mi forma de pensar, es mucho más importante para mi la fantasía que el pensamiento abstracto”. Para Ken Robinson, es en la creatividad donde está el futuro. ¿Y cómo podemos fomentarlas en el niño?

En un estudio realizado en EEUU, Sara Smilansky investigaba la relación entre un juego conformado con plena fantasía en el Jardín de Infancia y el comportamiento posterior del niño en la Escuela. Afirmó que el juego apoyaba las facultades cognoscitivas que el niño debía aplicar en la Escuela. También aquellos niños que eran “buenos” en el juego se mostraban motivados para el aprendizaje, con gran empatía y capacidades sociales. En su libro “Childrens`play and learning” subraya la importancia de los juguetes sencillos, no demasiado acabados, y el problema existente con los juguetes didacticos tan populares hoy día (Un automóvil construido con mucho detalle difícilmente puede convertirse en un barco. Pero algunas tablas, un trozo de cordel y un pañuelo pueden convertirse tan pronto en un coche de caballos como en un cohete).

(Fuente: «El juego es un trabajo serio para el niño»)

Sabiendo todo esto, nos enfrentamos a la «cruda realidad». Poco tiempo para estar con nuestros hijos, el afán de que hagan las cosas «bien», de que no «pierdan el tiempo», los juguetes «educativos» que buscan conseguir que el niño aprenda algo concreto… Nos encontramos con un montón de soluciones directivas, que orientan al niño en una dirección concreta, siempre la misma para todos, sin respetar sus ritmos, ni intereses ni fomentar de verdad su imaginación.

Estos NO son los niños de esta anécdota...

Y quiero compartir con vosotros una anécdota. Hace algún tiempo, organizamos un minitaller de juego con niños, los había desde 2´5 años hasta 7 aproximadamente. La actividad que se propuso fue pintura de dedos. Y lo hicimos en dos sesiones. En la primera, acudió mi hijo que no ha ido a guardería ni similar y que ya ha hecho pintura de dedos en casa. Cuando estuvo el papel pegado en el suelo y las pinturas en los platos, mi hijo se quitó los zapatos, se sentó en el centro del papel y se puso a pintar. Los demás, más o menos tímidamente, se fueron uniendo a la actividad de diferente manera. Bien, la segunda convocatoria estaba repletísima, así que no llevé a Marcos. Había aproximadamente 25 niños :!:. Pues estaba ya el papel pegado, los platos de pintura repartidos y yo andaba llenando más platos porque eran muchos niños. Cuando me dí cuenta, estaban todos esperando, ansiosos, a que yo les diera el ok para empezar. Realmente me sorprendió enormemente que, entre tantos niños de tantas edades, ninguno tuviera el impulso de empezar, ya que llevábamos un rato hablando de que iban a pintar con los dedos. Pero lo que más me sorprendió es que los más mayores me preguntaban QUÉ pintar. Lo que tú quieras. Vale, pero QUÉ pinto. ¿Qué te apetece?¿puedo dibujar una flor? Claro que sí. ¿y de qué color? Afortunadamente, conforme la actividad avanzó se fueron soltando y al final de la misma estaban todos embadurnados de colores indefinidos. Pero que un niño de 6 años, ante un papel de 9 metros cuadrados y un montón de pintura, además de la posibilidad de «guarrear» libremente, pida permiso e instrucciones es un indicativo de lo que guarderías y escuelas de infantil están consiguiendo: anular el libre juego de nuestros hijos, convirtiéndolo en una actividad «educativa» muy dirigida.

Por eso que me parezca tan importante crear un espacio de juego libre, aunque sé que es muy complicado. Así que he contactado con Alicia, y con ella, hemos organizado un taller de juegos en el que se está convirtiendo en nuestro espacio habitual, Cucú-tras, todo para tu bebé. Y no me enrollo más, os dejo con Alicia y la presentación que ella nos hace.

Gomets, purpurina, papel y rotuladores

Jugar… qué placer… Seguramente hace tiempo que no te entregas al placer del juego por el juego, sin más finalidad que el disfrute…

Los adultos nos hemos cargado la espalda de obligaciones y de aprendizajes que nos han ido apartando de la satisfacción y el deleite que supone dedicarse en cuerpo y alma a jugar. Ahora con nuestros hijos se nos presenta una buena oportunidad para recuperar esta actividad lúdica y por una vez vamos a intentar dejar que sean ellos los que nos enseñen cómo hacerlo.

Jugar y divertirnos con el juego espontáneo, con lo que surja a partir de unos materiales, nos desconectará de nuestro esquema de adulto de objetivos-medios-fines. En el juego la actividad es un fin en sí misma, es la realización inmediata de los deseos o necesidades, por eso es tan placentera.

Despertaremos los sentidos que estén dormidos para poder acompañar a nuestro-s hijo-s en el aprendizaje que hacen de la exploración, del movimiento, de la expresión plástica, del baile, del juego simbólico…

No pretendemos aprender a enseñar a jugar a nuestros hijos, ellos ya saben jugar… es más un trabajo del adulto, una propuesta para la mamá o el papá, aprender a observar, a improvisar, a disfrutar de lo que surja del juego del bebé o niño. Conocer cuáles son los hitos del desarrollo, qué actitudes, materiales, espacios… pueden favorecer su crecimiento.

Interesante, eh? Sobre Alicia:

Mi nombre es Alicia Ponce. Me he formado como psicóloga infantil, especializada en Atención Temprana, Psicomotricidad Educativa, Reeducativa y Terapéutica. He realizado cursos de formación dirigidos a dotarme de herramientas para trabajar con familias y con bebés, niños y adolescentes desde el ocio. Mi experiencia laboral se basa en el trabajo con niños y niñas de diferentes edades. Comencé a trabajar en el ocio infantil, para seguir trabajando después en la educación infantil creando y dirigiendo un proyecto personal de escuela infantil basado en el desarrollo a través del juego, la psicomotricidad vivenciada, en el respeto a la individualidad de cada niñ@ y al acompañamiento de sus procesos de aprendizaje. He trabajado como terapeuta infantil utilizando el juego como herramienta de comunicación y expresión emocional.

Ahora además añado mi experiencia como madre, dedicada a la crianza en cuerpo y alma, redescubriéndome y redescubriendo el mundo de la educación, abriendo horizontes e incorporando día a día nuevos recursos.

La cita es para la tarde de los viernes, en Cucú-Tras, C/Oslo nº 1, Alcorcón. De 18:30 a 19:30. La idea es que se convierta en una actividad regular, para todas las semanas, empezando este viernes 4 de marzo. La tarifa será de 12 € por familia (considerando familia como un bebé o niño con uno o dos adultos) y día; o bien 40 € si contratas el mes. Si tu familia no se ajusta a esta descripción (hay más niños o más adultos) avísanos para decirte el precio en tu caso concreto. En este precio está incluido el material que usaremos en la sesión.

Intentaremos compartir materiales y ofrecer ideas para crear los propios recursos con una mínima inversión para ello.

Nos echamos unas risas...

¿Y qué veremos en estas sesiones? estimularemos los sentidos, descubriendo sensaciones y experiencias a través del movimiento, respetando el ritmo individual. Es a través de los sentidos por donde comienza todo aprendizaje.

  • Movimiento – psicomotricidad
  • Sentido del tacto – texturas, cesto de los tesoros…
  • Sentido del oído – música, canciones y danzas
  • Sentido de la vista – actividades plásticas

En cada sesión, además de plantear la actividad en sí y explicarla, al finalizar haremos una pequeña mesa redonda para evaluar la sesión y así podernos adaptar mejor a vuestras necesidades y la de vuestros peques; confeccionando día a día como un diario de actividades donde poder ir apuntando cómo nos hemos sentido, qué nos ha aportado, qué dificultades nos han surgido…

Os proponemos crear un espacio donde poder disfrutar juntos de algo tan bonito como es el juego. Un espacio donde observar a los niños a través del juego, conocer sus preferencias, reconocer las etapas del desarrollo evolutivo por las que pasan para poder ofrecer en cada momento los materiales y las actividades apropiadas para favorecer su desarrollo, respetando y atendiendo sus necesidades.

Utilizaremos el juego como herramienta de comunicación, descubrimiento, observación y disfrute de vuestros peques.

Crearemos un grupo que pueda servir de apoyo a la crianza, basado en la confianza y la seguridad, los dos pilares donde se asienta el desarrollo feliz. Compartiremos vivencias, emociones, aprendizajes, dudas… y lo mejor de todo… nos lo pasaremos genial !!!

Será un placer poder encontrarnos en este espacio de disfrute familiar.

Es necesario confirmar asistencia: hola@monitosyrisas.com


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contacto

Elena López

Asesora,

consultora y

formadora de Porteo

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