Este post se lo dedico a Iria, inspiradora del mismo.

El «Succesfull transfer» es algo así como el santo grial del porteo: conseguir dejar en la cama (o superficie similar) a tu bebé, que está placidamente dormido en el portabebés, sin que se despierte.

Dicho así parece fácil, ¿verdad?

Eso es porque no estás teniendo en cuenta los sensores de serie que traen los bebés.

Sí, los bebés traen, todos ellos, estos tres sensores (algunos bebés traen incluso más): de contacto, de movimiento y de altura. Como les falte alguna de estas tres cosas, se despiertan «ipso facto».

Así que sí, conseguir que el sueño de tu bebé no se vea interrumpido durante la transferencia portabebés-cama es complicado.

Mi primera vez fue con Marcos, que tenía como un año y medio (no fue la primera vez que lo intenté, sino la primera que lo conseguí). Y fue sin buscarlo. Estaba contándole a una mamá cómo ponerse un fular y le llevaba a la espalda. En un momento necesité bajarle para explicarle un movimiento que tenía que hacer por detrás y con él no podía explicárselo bien, ya pensando que se acababa la siesta (que por otro lado, ya iba siendo larga, hehe). Pues le bajé, y, sorprendentemente, siguió durmiendo.

La última vez que lo he conseguido ha sido esta mañana, con Jorge, que aún no ha cumplido un mes. La experiencia es un grado. Y de eso quiero hablarte hoy, de los trucos que, desde la experiencia, he adquirido para conseguir una «Succesfull transfer».

Una Transferencia exitosa.

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Pero antes quiero dejar algo sobre la necesidad de contacto de los bebés. Ésta es muy intensa y vital para ellos, más cuanto más pequeños son. Así que no estoy invitando a intentar dejar a los bebés solos a la mínima de cambio. Los bebés pequeños, como Jorge, aunque parezcan dormidos, sufren la separación.

Lo explica genial Nils Bergman en este vídeo, que, aunque largo, te recomiendo (encarecidamente) ver:

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Así, pues, «cuidado» con dejar a los bebés (insisto, pequeños) solos.

Sin embargo, además de contacto, los bebés necesitan una madre descansada, empoderada, feliz. Y para ello, en nuestra sociedad de hoy en día, en la que nos enfrentamos al puerperio en la soledad de nuestras casas, eso pasa por tener algunos ratos de «soltar» al bebé: para darte una ducha, para cocinar algo caliente, para estirarte simplemente…

En estos casos, conseguir esos 10 minutos de soledad pueden ser la diferencia entre empezar el día de buen humor o no. Y digo 10 minutos porque, en mi experiencia, con los bebés pequeños como Jorge no es mucho más tiempo el que normalmente conseguimos. También depende del bebé, del momento, de la suerte que tengas ;-)

Pero en resumidas cuentas, no quiero crearte falsas expectativas. Dejarle en la cama solo y que duerma como un bendito durante tres horas es algo que no me ha pasado nunca con mis hijos antes de los 9 meses.

En los bebés recién nacidos, has de tener en cuenta que sus sentidos predominantes son el tacto y el olfato y, claro, al bajarles de los brazos/portabebés notan rápidamente la diferencia, por eso, cuanto más pequeños, menos tiempo aguantan solitos (afortunadamente, por otro lado).

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En fin, retomando, 10 minutos sin bebé encima.

Antes de entrar a «mis secretos» para la transferencia exitosa, recordarte que hay otras maneras de conseguir ese tiempo de soledad. Puedes dejar a tu bebé en el suelo con una mantita o similar con algún juguete o imagen que le llame la atención: los contrastes rojo-blanco-negro o luz oscuridad así como las figuras que recuerdan caras humanas son los que más llamarán la atención de los más pequeños.

Conforme vayan creciendo y adquiriendo movilidad, el rato en el suelo será una oportunidad ideal para practicar los nuevos movimientos y podrás conseguir ese tiempo sin bebé encima con más facilidad. Y durante períodos cada vez más prolongados.

Y, por supuesto, puedes contar con tu pareja para que sostenga al bebé un rato. Si el bebé se deja (Lucas por ejemplo no aguantó un rato largo en brazos con su padre hasta que cumplió 3 ó 4 meses, era un poco frustrante, con el resto de la familia, hasta los 9 meses).

Y no me enrollo más, vamos a ver

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Succesfull Transference

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Cómo conseguir una Succesfull transfer (Transferencia exitosa)

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  • No tengas prisa. Para conseguir que el bebé no se despierte en el proceso sino que siga durmiendo una vez tumbado, es importante que esté profundamente dormido. Así que ten paciencia, lo contrario garantiza el fracaso.*
  • No dejes de moverte, pero hazlo lentamente. Cuando lo estés bajando, has de conseguir que el movimiento sea fluido pero lento, que no les sobresalte, y que les prepare para la quietud de la cama.
  • Si tu bebé aún tiene reflejo de búsqueda, asegúrate de que no hay nada que le toque o pueda tocar la cara en los primeros momentos en que le dejes en la cama. Eso podría hacer que se activara dicho reflejo y echara al traste nuestra operación.
  • Baja al bebé JUNTO con el portabebés. No intentes quitárselo o apartarlo. Mantenlos en contacto. Así, además de evitarte movimientos «peligrosos», ayudarás a que el bebé mantenga en cierta medida la temperatura y el olor, así como la posición, en que le llevabas. De este modo, el bebé notará el cambio en la menor medida posible. Además, con el resto del portabebés le puedes tapar y «contener».
  • Si el bebé es muy pequeño, conténle un poco. Y como te decía, lo puedes hacer con el mismo portabebés. Piensa que estaba totalmente sostenido y sujeto y decíamos antes que mantener la posición te ayudaría a que la maniobra sea un éxito. Además de usar el portabebés para abrazarlo y evitar que hagan movimientos de apertura bruscos (como un reflejo de Moro), puedes usar una toalla enrollada para hacer una especie de cunita donde dejarle, o un cojín de lactancia de esos largos con relleno de bolitas. O un moisés o cuco pequeñito que, por sí, les genere un entorno recogido.
  • Si es imprescindible que en un momento determinado le dejes en la cama sin que se despierte, no intentes dormirle en portabebés. Me explico. A lo mejor tienes que bajarle en un momento determinado sí o sí y quieres que se quede dormido en ese rato. Pues bien, tu peque notará tu «tensión» y lo intentes como lo intentes, no funcionará. Con el resultado de que, cuanto más lo intentes, más nerviosa te pondrás por la llegada de tu hora límite y más nervioso se pondrá también el peque, por lo que las posibilidades de éxito son mínimas o casi nulas. Podríamos decir que «huelen el miedo», pero la verdad es que los bebés se sincronizan, especialmente durante el sueño, con su cuidador principal, es decir, tú. Por ello, mi consejo es que, para estas ocasiones, le duermas al pecho en la cama directamente o que otro cuidador te eche una mano.

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Espero que alguno, varios o todos estos trucos te resulten útiles para conseguir una transferencia exitosa cuando lo necesites. Y si tienes alguno más, ¡no dudes en contármelo! Estaré encantada de ponerlo en práctica la próxima vez que necesite una ducha :mrgreen:.

Y como siempre te pido, si te ha gustado o crees que puede ayudar a alguien más, ¡¡COMPARTE!!

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*Los bebés profundamente dormidos no se mueven, respiran profunda y pausadamente y «pesan más». Es el típico momento en que te paras para asegurarte, bien por el suave movimiento de la tripa bien poniendo un dedo cerca de la nariz, si respira. En ese momento, está dormido profundamente.

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contacto

Elena López

Asesora,

consultora y

formadora de Porteo

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