Criar con contacto…no siempre es fácil

Eso que te dicen familiares y conocidos de que nunca se despegarán de ti, a veces parece cierto.

En momentos de locura humorística, hasta repites para ti misma esas palabras de tu mejor amiga, que antes juzgabas como horribles. Esas que decían que mandaría gustosamente a sus peques por correo a China.

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Y es que a veces te entran pequeñas ráfagas de dudas en torno a la manera en la que has decidido criar.

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De hecho estoy tratando de terminar este post con un niño colgando de mi cuello, y una enana bloqueando mis pies. Y no estoy precisamente con humor de Mary Poppins.

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Lo cierto es, que cuando nos sentimos agobiadas, lo solemos callar. Porque al contrario de lo que debería ser, podemos ser «atacadas» con argumentos de personas que le echan la culpa a nuestras ganas de criar «diferente».

Es muy difícil conseguir apoyo en tales circunstancias. Al parecer, somos un poco así como doblemente pecadoras, primero por no seguir la norma en las pautas «correctas» de crianza y luego por «quejarnos» de las dificultades.

El resultado es que si, en efecto, en momentos de crisis y necesidad de espacio personal, no contamos con una mano amiga, una palabra de aliento o al menos una palmadita de comprensión, nos podemos terminar resintiendo.

Y proyectamos o permitimos proyectar en los más vulnerables (nuestros pequeños) frustraciones, etiquetas (¡ese niño es un manipulador!) y demás lindezas que en nuestro sano juicio jamás hubiésemos tolerado.

Y nuestros peques a la vez lo notan.

Y al final todo aquello de la «dependencia anormal» y el «comportamiento inadecuado», se convierte en una profecía autocumplida, pues una maternidad agobiada se traduce en niños ansiosos. Que a su vez significa más agobio para nosotras y así… todo se vuelve un círculo vicioso.

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Lo «gracioso» del asunto, es que aquello de los «hijos demandantes» no es (como quieren hacernos creer algunas personas) cualidad exclusiva de niños criados con colecho, porteo y teta.

De hecho, encuentro más mamás quemadas entre quienes no crían con estas «herramientas». Yo al menos no sé que hubiera sido de mi vida sin el porteo y la lactancia 😛

Y eso nos lleva a preguntarnos sobre la legitimidad (para desterrar mitos de mamitis caprichosa y malcriadez)  de los altos grados de demanda de contacto que a veces notamos en nuestros hijos.

Y si indagamos un poco más sobre el tema, descubriremos que no sólo son legítimas sus necesidades de contacto y atención (por altas que parezcan) sino absolutamente normales.

E incluso deseables.

Somos su principal referencia de trato con el género humano, somos su refugio, su universo. Aunque a veces sintamos que no cabemos en él, ni siquiera nosotras mismas .

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Creo que cuando llegue el día en el que la sociedad entera acepte que la cercanía física y la atención son necesidades REALES del ser humano desde que nace, dejará de atacar a las madres como fuente de toda anomalía y comportamiento indeseable.

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Pues estoy casi segura de que una madre que no se siente amenazada, ni sufre intervenciones de violentos ni presiones de majaderos, deja aflorar su instinto. Un instinto que tiene la razón en el 99,99% de los casos. 

Mientras tanto, es inevitable que nos toque seguir lidiando con majaderías ajenas, mientras nos tragamos el cansancio con un niño aferrado a nuestras faldas.

Pero al menos, lo que si podemos hacer es ponerle su justo nombre a las cosas, no cortarnos a la hora de poner a la gente en su lugar si insisten en seguirte tocando la moral y sobre todo, MUY PERO MUY IMPORTANTE no dudar nunca de nuestra capacidad de tomar las decisiones correctas con respecto a nuestros hijos.

Que una cosa es el consejo amable (si es solicitado, mejor) pero otra muy distinta el tener que lidiar con las pataletas mal reprimidas del adulto de turno, que tal vez está celoso en su fuero interno por no haber recibido esa atención que tú tratas de ofrecer a tus niños a pesar del cansancio.

Ahí es cuando nos podemos parar bien firmes y decir: NO GRACIAS. No es mi trabajo criar adultos ni sanar tu dolor. Y mucho menos si me agredes o me cuestionas.

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Y «Respira. Serás madre toda tu vida. Él sólo será niño una vez».**

*Majadero: Persona que es ignorante y dice cosas fuera de lugar.

**Cita de un texto de Jessica Gómez Álvarez, Respira.

Fotografía, fuente Morguefile. Autora, Greyerbaby.

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contacto

Elena López

Asesora,

consultora y

formadora de Porteo

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