Hoy, 8 de marzo, es el Día de la Mujer Trabajadora.

Como casi todas las conmemoraciones hoy en día, se está vaciando de significado para convertirse en una «celebración».

Hay que felicitar e incluso ¡regalar! algo a las mujeres «trabajadoras» de tu entorno.

Y entrecomillo «trabajadoras».

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Porque, de nuevo, e incluso entre nosotras mismas, hacemos la distinción entre mujer que trabaja «fuera de casa» y la que se queda a criar a los niños. Y celebramos solo a las que trabajan fuera, como si quedarse en casa no contara.

Nos olvidamos de que todas las mujeres, que trabajamos por cuenta ajena o propia, en casa, fuera, en ambos sitios, con hijos o no, estamos en el mismo barco. Conseguir la verdadera igualdad. No esa de «yo como mujer puedo hacer lo mismo que un hombre», sino la de «yo como mujer tengo el mismo valor que un hombre».

Porque de eso se trata, no somos iguales, eso es obvio, pero sí equivalentes, y ese camino aún está por recorrer.

Por ello, hoy es un día para conmemorar el sacrificio de 149 personas, en su mayoría mujeres, que murieron en su lucha por conseguir la equivalencia entre las mujeres y los hombres.

Y por ello, hoy publico la segunda entrega de los Testimonios #YoTambién sobre maternidad y conciliación. Así estamos todavía.

 

Yo cursé los estudios de Doctorado con la pequeña en el pecho, las horas de investigaciones en casa, en el ordenador con ella en bandolera, cuando ya tenía cerca de los 2 años volví a cursar para el entonces DEA (Diploma de Estudios Avanzados) y hacía como Bea , me llevaba a una persona que se quedaba jugando con ella en el pasillo o la entrada y cada 45 minutos salía para abrazarla y darle el pecho. También ha entrado a algún congreso (eso en Argentina) en la bandolera (con meses) dormidita o a la teta, cuando se molestaba mucho (nunca fueron de dormir más de 20 minutos) salía al pasillo y oía desde ahí hasta poder volver a entrar.

Y desde que nacieron me he vuelto «emprendedora» sin quererlo… Como no me puedo estar quieta y no podía trabajar de «lo mío» sin tener que dejarlas con alguien más, me las he apañado para coser bandoleras primero, hacer fotos después… Ahora que ya van al cole (y al Instituto! Cómo pasa el tiempo!). Tampoco me animo demasiado a un trabajo fijo fuera de casa… (tendría que ser yo quien las recogiera si se enfermaran, golpearon o lo que sea) por lo que la mayor parte de mi trabajo sigue siendo en casa y , a pesar de que ya son más «independientes», todavía por las tardes soy más cocinera y chófer (de ellas) que otra cosa, (además de consejera, apoyo escolar y ¡principalmente mamá!) pero cuando el tiempo apremia, ratito que pillo, ratito que aprovecho para avanzar lo que tengo.

Vaya rollo he soltado! Y no he dicho nada! 12 años son varios años 😛

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Nosotros vivimos con lo justo/ necesario. Lo que es necesidad para algunos, no lo es para nosotros. Trabajamos media jornada . Educamos en casa para poder ofrecer una educacion de calidad a nuestros hijos sin perder un (o dos) ojo de la cara. Cuando mi esposo tiene que trabajar fuera de casa me llevo a mis dos hijos a trabajar conmigo. Soy muy afortunada de tener un trabajo en un centro de maternidad/tienda de bebe <3

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Yo exprimí los permisos de maternidad+lactancia+vacaciones y cogí excedencias. Soy de las que para conciliar he tenido que renunciar a mi sueldo. Es decir, que aquello que reza la RAE sobre el término no se da. Además de fotos y hastags (que están muy bien) debería haber propuestas políticas al respecto, algún plan de acción social, que siguen de brazos cruzados. Hasta donde yo alcanzo a ver, no han cambiado nada…

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Me convertí en autónoma para trabajar desde casa cuando tuve a la primera hace 5 años. Como con un mes decidió que ya no dormía de día, contraté a una persona para que me ayudara (en casa). Era madre soltera y sin familia en madrid. Con la segunda ya estaba emparejada y sigo trabajando desde casa y con ayuda. No se me ocurriría jamás llevar a ninguna de mis hijas a ninguna reunión. No podría concentrarme. Alguna vez algún cliente se ha quejado de que hemos hablado por teléfono y me han interrumpido al teléfono. En el horario laboral cierro el despacho con pestillo y las llamadas intento no hacerlas a partir de las 16.00 que es cuando llegan del colegio. Cuando se ha ido la chica de casa de vacaciones he entrado en un estado de ansiedad bestial y lo han pagado mis hijas porque les he gritado muchísimo. ¿Conclusión? Para mí no es compatible mi trabajo con mis hijas al lado. De hecho es imposible.

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Yo llevaba bastantes años trabajando desde casa y cuando tuve a mi primer hijo seguí haciéndolo, era un trabajo en el que atendía a clientes y podía estar porteando y atendiéndole sin problema. Más tarde, con un año, me lancé a un emprendimiento mayor que requiere muchas más horas de trabajo. Trabajo media jornada en la tienda con mi hijo pequeño (9 meses) mientras el mayor está en el cole o con su padre y el resto de la jornada desde casa, con interrupciones obvias, arañando horas al sueño, encajando los horarios como se puede y con malabarismos conseguimos conciliar. Sin el porteo no habría podido conciliar ni antes ni ahora. Eso no quita los momentos estresantes, tener que atender a clientes (en su mayoría comprensivos) con muchas interrupciones a veces y un ritmo de trabajo lento que muchas veces da la sensación de ni estar a una cosa ni a la otra. Elegí seguir con mis propios emprendimientos y me reafirmé en ello cuando decidí(mos) ser madre porqué de otra forma o no habría sido posible conciliar o habría sido mucho más difícil.

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Durante el embarazo me quede en paro pero tenía claro que buscaría trabajo cuando tuviera 6 meses y ya la dejaría en la guardería o con las abuelas… Pero a sus 5 meses ya estaba liada con la tienda online para trabajar desde casa y seguir cuidándola pues no quería separarme de ella. Ella ha sido el motor en mi emprendimiento. Me la he llevado a todas partes conmigo pero trabajaba en sus siestas porque me demandaba mucha atención y no me concentraba en el ordenador. Cuando tenía año y medio la empecé a llevar 2 horas a una ludoteca porque ya no dormía la siesta de la mañana y fue un respiro para mí y ella disfruta jugando con otros nenes. Hace un mes pasé mi almacén y ordenador a una oficina por necesidad de separar casa y trabajo y ojalá lo hubiera hecho antes. Cuando estamos allí mi hija sabe que estoy trabajando y juega a mi lado y cuando estamos en casa le dedicó toda mi atención.

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Yo he renunciado a mi vida investigadora unversitaria porque no es posible conciliar. Ahora estoy con una media jornada (menos, 16h semanales) e intentando emprender. Que pasa? Que el emprendimiento, que es lo que hago en casa, es la que concilio con mi hija. Bueno: estar con ella, saber que ella está tranquila y buen. Malo: que es prácticamente imposible ponerme en serio porque requiere mi atención constantemente y yo no se la niego.

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Embarazada de P. tuve claro que yo no iba a tener un hijo para que lo cuidase otro así que sabía que no iba a volver al trabajo que tenía en ese momento. Cuando nació me aterrorizaba la idea de separarme de ella así que tuve claro del todo que tenía que hacer algo para crearme un puesto de trabajo en el que pudiera estar con ella. Abrí una tienda de puericultura, Bufó. Lo mejor; P. y yo conciliamos, reímos, jugamos y aprendemos la una de la otra. Además tenemos la suerte de que papá también está así que cuando yo tengo que «concentrarme» ella y él se lo pasan de miedo. Lo peor, pues que ella pasa muchas horas en un espacio pequeño y siento que empieza a necesitar niños, aunque sólo sea a ratos. Y hay que reconocer que no siempre es fácil trabajar con un niño que pide, demanda, patalea. Se rinde menos.

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Hola soy de México, donde los derechos de las mujeres y los niños son vulnerados, las mujeres tenemos por ley un mes de descanso antes de la fecha que aproximadamente se fije para el parto y otros dos después del mismo (sic), al regresar a trabajar sólo tenemos una hora acumulado o dividido en media hora como horario de lactancia y sólo por seis meses. No contamos con lactarios ni leyes que lo obliguen, ni normas oficiales que nos ayuden ha aplicarlo, se han dado reformas pero son tan malas, que realmente no establecen la posibilidad de tener una política pública en la materia. Asi que trabajar y ser mamá es muy difil, y más lactar, pero haciendo visible esas cosas que parecerían invisibles las mujeres vamos ganando espacios, trabajo en un puesto directivo en el gobierno de mi país, con mi primer hija me sacaba la leche en los baños, y no había manera de conciliar nada, con mi segunda hija en el mismo trabajo, desde el embarazo empece a gestionar para que nos pusieran un lactario, no aceptaron así que regrese sin lactario pero al ya tener una oficina propia ahi me sacaba la leche, y empece a invitar a otras madres para que utilizarán mi oficina, así que se convirtió en el lactario. Al tener horarios tan largos de 9 am hasta 10 u 11 de la noche, muchas mamás empezamos a llevar a nuestros hijos al salir del colegio, muchas otras nos atrevimos a llevarlos de bebés cuando no tenemos quien los cuide, y poco a poco las autoridades lo fueron aceptando, nos juntamos un grupo de mujeres y formamos alianzas y así logramos que en agosto de 2015 nos instalaran un lactario, y para finales de 2015 logramos una reforma al horario laboral logrando de poco a poco un paso a políticas reales de conciliación laboral, a partir del 1 de enero de este año tenemos un horario seguido de 9am a 16;00 horas, las cosas han cambiado, muchas traemos y estamos con nuestros hijos en la oficina, trabajamos con ellos, nuestros hijos crecen en estos espacios y funciona de maravilla. Ahora vamos en la lucha para lograr un permiso para lactar por dos años y estamos buscando la estancia infantil dentro de las instalaciones. Sólo se requiere visibilizar, cabildear y encontrar la voluntad política de los que dirigen.

 

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contacto

Elena López

Asesora,

consultora y

formadora de Porteo

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