El cole de Marcos trabaja, en infantil, por proyectos. Y en estos dos trimestres que quedan de curso, el proyecto que están trabajando es el de El Cuerpo Humano.

Y yo estoy entusiasmada, con el proyecto de el año pasado, El Circo, no se me ocurrían demasiadas actividades que hacer, y las que se me ocurrían solían ser todas muy físicas: equilibrios, malabarismos, hacer número de magia, etc. Pero no conseguía variedad. Pero este año… ¡¡cuánto juego!!
Esqueletos en la cocina: galletas-esqueleto y esqueleto de pastaA lo mejor no es el tema en sí, sino que este me encanta y el otro bueno, me hacía gracia, pero no le veía tanta chicha (aunque he de reconocer que a Marcos le encantó, y que aprendieron un montón de cosas). Pero lo dicho, con este estoy encantada.

Tengo ya un montón de actividades «localizadas», me estoy organizando con otras madres para preparar y hacer en equipo las más complicadas o elaboradas, y llevo una buena lista de ideas que se me van ocurriendo en la libretilla.

Y han empezado por el esqueleto. Y nosotros, por supuesto, también.

Esqueleto hecho de pasta y cuentasEl domingo fue día de esqueletos en la cocina :grin:. Para empezar, con diferentes tipos de pasta, hicimos, pegándola con cola, un esqueleto. Mientras escogíamos el tipo de pasta para cada hueso, hablamos de los principales tipos de hueso que hay, planos y largos. Hablamos de para qué sirven: para sostener el cuerpo (tengo que llevarle a ver un pollo deshuesado y otro con su carcasa), para proteger los órganos, como fábrica de «mediquitos» (sistema inmunitario) y como almacén de minerales (de estas dos funciones ya tengo otras actividades pensadas, hehe). En fin, luego, sobre un dibujo de un esqueleto, fuimos pegando las piezas.

Con esta actividad, además del esqueleto en sí (nombres de huesos, articulaciones, hablar de su funcionamiento) trabajamos:

  • planificación y organización: escoger las piezas, colocarlas en primer lugar para ver que todo encaja. Como no había ninguna pasta que nos sirviera para las articulaciones, tuvimos que buscar y escoger otro material adecuado (cuentas de plástico).
  • motricidad fina: precolocar las piezas, quitarlas, poner pegamento y volverlas a colocar, además de cortar las que eran demasiado largas.
  • Mano de espaguetismatemáticas:
    • tamaños: el fémur, que es el hueso más largo del cuerpo, necesitó de dos macarrones y hubo que buscar dos parejas de macarrones que sumaran un largo similar, entro otras cosas.
    • formas: hubo que elegir la pasta más parecida a cada hueso y colocarlos correctamente.
  • paciencia: colocar los trocitos de espagueti para hacer las falanges fue un gran ejercicio de paciencia, así como esperar a que el esqueleto se secara para pasar a la siguiente fase.

Después, procedimos a etiquetar los huesos y articulaciones. Marcos está aprendiendo a leer y escribir, así que convertimos esta actividad en una de lectoescritura. Las etiquetas se las escribí yo, en dos colores que él eligió, rosa para las articulaciones y amarillo para los huesos. Entonces, por grupo (primero articulaciones después huesos) fuimos asociando cada uno con su etiqueta, y pegándolo cerca. Para ello, decíamos el nombre del hueso o articulación tantas veces como fuera necesario para que Marcos identificara el fonema con el que empieza (excepto con el húmero, que nos dio para una charla acerca de la H muda que creo que se nos fue de madre). Después, buscábamos la etiqueta que empezaba con la misma letra y usando diferentes métodos, las emparejábamos. ¿Y qué métodos usamos si Marcos no lee?

Identificar fonemas y sus letras correspondientes

  • identificar el segundo fonema. En el cole de Marcos no enseñan a leer y escribir con el sistema de «la m con la a ma», sino que son constructivistas (aunque no puros). Entonces, de paso que repetíamos para identificar el primer fonema, identificábamos el segundo, que le resulta más sencillo además, y ya teníamos dos letras para buscar la etiqueta. 
  • este sistema se le ocurrió a él: por el tamaño de la etiqueta. Me sorprendí cuando me dijo que «codo» y «cadera» empiezan por la C, pero como cadera es más largo tiene que ser la etiqueta con más letra. Y es que sabe contar sílabas intuitivamente, imagino que como todos, y eso es lo que potencia el constructivismo, la manera natural de los niños de aprender.

Por último, flechas

Y así, combinando estos dos sistemas llegamos a etiquetar todo el esqueleto. Para finalizar, relacionó con flechas cada etiqueta con su hueso-articulación, sirviendo esta última actividad como repaso. Ah! y lo decoró, poniéndole un marco alrededor,  con rotulador rojo, su color favorito.

La otra actividad del finde fue hacer galletas-esqueleto. Quedan monísimas, están muy buenas, y también son una actividad educativa potente, ¿qué más pedir? ah! sí, que duren más :lol:.

La receta que usamos es una variación de esta, ya que Marcos no toma lácteos, hay que cambiar la mantequilla por margarina (eco y sin grasas hidrogenadas) y eso hace que los tiempos de cocción cambien, y algunos detalles de cómo trabajar la masa también. Os paso nuestra receta y nuestro «paso-a-paso».

  • Usando la báscula275 gramos de margarina, eco, sin grasas hidrogenadas.
  • 300 gramos de azúcar, eco.
  • 2 huevos, eco.
  • 1 cucharadita  de estracto de vainilla.
  • 1 cucharadita de sal marina gruesa.
  • 75 gramos de cacao en polvo desgrasado y sin azúcar (tipo Valor).
  • 475 gramos de harina de espelta eco.
  • Chocolate blanco de cobertura.

Marcos me ayuda mucho a pesar los ingredientes, le voy explicando la báscula y qué significa cada raya, cómo se calibra y se tara…  Creo que manejar los ingredientes, pasándolos de su envase original al necesario para trabajar con ellos, le da mucha información sobre el mundo físico: relaciones entre tamaño-volumen-peso, texturas, cualidades organolépticas, etc. De una manera empírica, está aprendiendo cosas que luego va a tener que «estudiar» y seguro que de esta manera le resulta más fácil de asimilar. La cocina me parece un laboratorio alucinante, lleno de posibilidades… Volvamos  al receta.

Textura de la margarina batidaBate la margarina hasta que esté suave y cremosa. Incorpora el azúcar y bate hasta que se integre. Echa los huevos, de uno en uno y ligeramente batidos, después la vainilla y la sal. Mezcla bien. Nosotros lo hacemos con Thermomix, pero con cualquier batidora de varillas irá bien.Tamizando

Mezclamos la harina con el cacao y lo tamizamos (este es el paso favorito de Marcos cuando cocinamos, ¡que nadie lo haga!). Cuando la mezcla anterior está lista, bien integrados los ingredientes, añadimos la harina con el cacao en tres partes. Aquí ves cómo va cambiando la mezcla:

Las tres fases de la masa

Verás que, debido a la margarina, la mezcla queda muy brillante y grasienta, pero se separa bien de las manos y paredes y se mantiene elástica. Hay que amasarla un poco más a mano, no porque sea necesario, vaya, yo creo que no, sino porque es muy divertido :mrgreen: y ¡¡¡mola mucho chuparse los dedos!!! Y así es como se hace :lol::

Amasar y chuperretear

 

A esta masa tal y como queda no se puede dar forma con el cortapastas, así que divide la masa en dos bolas, y cada una la extiendes con ayuda de un rodillo entre dos hojas de papel vegetal, dejándolas gorditas, como de 4-5 mm. (seres queridos que a veces nos regaláis cosas, podréis ver que nos hace falta un rodillo, el último tuvo un accidente. De repostería si puede ser). Y se mete en la nevera mínimo una hora.

Estirando la masa

 

Si usaras mantequilla, y la dejaras 4 horas en la nevera por lo menos, adquiere una textura firme que permite cortar y transportas las formas desde la masa a la bandeja de hornear. Con la margarina esto es imposible, así que hay que planearlo de otra manera. Se cortan las figuras, pensando que crecen un poquito, y se quita la masa de alrededor (hay que hacerlo con la masa recién sacada de la nevera, si no se reblandece mucho y es imposible). Con los recortes, se hace una nueva bola y se repite el proceso, aunque sólo tendrás que refrigerar unas 20-30 minutos (a no ser que la hayas dejado poner a temperatura ambiente, entonces necesitas de nuevo una hora).

Se hornean a 180º C durante 15 minutos. Se saca la bandeja, y se deja enfriar lo suficiente para poder pasarlas a una rejilla sin que te quemes. En la rejillas las dejas enfriar del todo. Y a decorar.

Proceso de corte y horneado

Nosotros usamos chocolate blanco fundido, pero viendo la experiencia (es difícil conseguir el punto justo para que decorar sea fácil ya que cuando se va enfriando va cambiando la consistencia, y además no queda blanco del todo) creo que es más recomendable hacerlo con glasa. Lo que pasa es que no tenía azúcar glass, y sí chocolate blanco ;-).
Galletas decoradas¡¡Me encantan!! Y a Marcos también, tanto, que se las llevó al cole, y apenas pude comerme una ya sin cabeza… bueno, y las dos o tres que nos quedaron «feas» y que me dejó llevármelas a la luna para desayunar. Eso sí, cuando salían de clase, todos los niños encantados me decían lo bonitas que eran y lo riquísimas que estaban. Y eso merece la pena. Aunque no hayan durado ni un asalto.

Nuestras galletas-esqueletos terminadas

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contacto

Elena López

Asesora,

consultora y

formadora de Porteo

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